sábado, 8 de septiembre de 2012

Los Mejores Logos del Rock...

Disney no sería Disney sin un castillo de ensueño ni Apple sería Apple sin su manzana plateada. ¿Y qué sería el rock sin la lengua de los Rolling Stones, el rayo de AC/DC o el escudo de los Ramones? Hacemos un repaso a la iconografía generada por la cultura musical. (Por Jesús Rocamora Revista Rolling Stone).


Cincuenta libras. Es el precio que los Rolling Stones pagaron en 1970 al entonces aspirante a artista John Pasche por crear el que es, probablemente, el diseño más reconocible del rock: esa lengua que pende entre unos labios como una fruta lubricada y madura, lista para abrirse y estallar en todo su jugo, algo sexy e irreverente a la vez. “Posteriormente obtuve un extra de 200 libras por su popularidad”, explica a ROLLING STONE el propio Pasche, que entonces era estudiante del Royal College of Art.
Hasta esta institución se dirigió la banda, tras la pista de algún alumno que diseñara un póster para su gira europea de 1970. Tras reunirse con Mick Jagger, Pasche se dio cuenta de que tenían gustos en común, especialmente la fotografía. Fue el punto de partida de una colaboración que se extendería durante los cuatro años siguientes. Así, en 1971, “Mick me invitó a vernos en su casa en Chelsea: buscaban un logo para su nueva discográfica. Tuve la idea de la lengua casi inmediatamente, y estuve cerca de una semana trabajando en ella. El concepto básico era un logo para los chicos malos del rock’n’roll, anti-autoritario y sexy al mismo tiempo”, recuerda el británico.

Un logo imborrable ha sido históricamente algo tan importante para las bandas como para las marcas de coches, tabaco, refrescos o las productoras de Hollywood. Nada raro en una época, los años 70, donde la contracultura era absorbida por el mercado y en la que el rock y la publicidad necesitaban hablar el mismo lenguaje. “El logo perfecto es el que se convierte en una marca en sí mismo”, explica Mónica Moro, directora creativa de McCann Erickson. “Y eso lo ha conseguido la lengua de los Rolling. Es como la onda de Coca-Cola, el swoosh de Nike o, más aún: como la cara del Che. Sabes lo que representa y tiene un mundo con el que asociarse, y eso no tiene precio. Es lo que los publicitarios llamamos storytelling”, remata. La lengua habla: sexo, drogas, eterna juventud, irreverencia y simpatía por el diablo. Un estilo de vida anhelado por las generaciones posteriores, que debería diferenciarse de otras músicas, especialmente del pop. “El logo de los Stones es irreverente, es sexy, es sucio… como la misma esencia del rock”, resume Enrique Bunbury.
Pero toda generación pide su relevo y lo que fue moderno (y rockero) una vez, no tarda en ser algo viejo. Mientras discurrían los 70 y el rock tradicional se perdía en desarrollos intelectuales y viajes aburridos, el espíritu del rock original (inmediato, salvaje, poderoso) surgía en otra parte: en el punk, el glam rock, el hard rock y el heavy metal.
 
 
Los Sex Pistols y los Ramones ejercieron de antídoto a ambos lados del Atlántico. Y se valieron de una iconografía que ha pasado a la historia. Fue la respuesta en diseño gráfico al házlo tú mismo del punk. El artista underground británico Jamie Reid diseñó para los Pistols un logo cuyos elementos parecían robados de periódicos y revistas, como letras recortadas al azar, creando un efecto de contra-publicidad: eran el anti-anuncio. “Nunca antes la irreverencia, la contundencia, la energía y la economía de medios que caracterizan al verdadero rock se representaron de forma más efectiva”, opina Mauro Entrialgo, ilustrador y viñetista. Arturo Vega, amigo de los muy americanos Ramones, consiguió darle la vuelta al logo del Departamento de Estado de Estados Unidos, que tuvo la decencia de tunear antes de que la banda lo adoptara como imagen. “Esa es la esencia punk: mear en lo institucional”, dice el artista Ricardo Cavolo.
  
“Pero dentro del rock, el heavy metal es el gran generador de iconografía”, sostiene Manuel Montes, director creativo ejecutivo de Cheil Spain. En su opinión, Iron Maiden son los “reyes iconográficos del rock” gracias a un logo y a una mascota que “representa no sólo al grupo, sino a todo el heavy. Y eso desde el punto de vista de la comunicación publicitaria es impagable”, remata.
 
Grafismos ejemplares en el heavy hay a patadas, desde el de Motörhead (obra del diseñador Joe Petagno y del propio Lemmy, y favorito de Alberto Guijarro, uno de los directores del Primavera Sound) al de los españoles Barón Rojo (el elegido por Félix del Valle, director Creativo de Contrapunto BBDO). Y de ahí al hard rock, donde el podio es para AC/DC, con un logo “que es un poco como la marca-madre del rock debajo la cual están el resto, un UNICEF eléctrico”, según el estudio Setanta.
 
Por su parte, el glam llevó hasta el extremo el uso de lo femenino en la estética dura del rock, algo que Pasche considera clave en los Rolling. Queen es el paradigma. “Su logo es rock porque se salta todas las reglas. Cogieron la corona inglesa y la transformaron en un símbolo moderno, gay y fuerte a la vez. ‘Dios salve a la Reina”, dice admirado Manolo Moreno, Director Creativo Ejecutivo y socio de Zapping/M&C Saatchi.

Muchos logos no sólo pueden considerarse piezas de arte sino que son el resultado de la colaboración entre músicos y artistas. El más célebre es el artwork de Andy Warhol para la Velvet Underground en 1967, irreverente y sexual: un plátano que pedía ser pelado, “aplicado a un grupo innovador, situado en los márgenes de la comercialidad”, como recuerda José Guirao, director de La Casa Encendida. O la brillante pieza de diseño que H. R. Giger ideó para Emerson, Lake & Palmer. La líneas rectas de la Bauhaus inspiraron a la banda del mismo nombre y su eco ha llegado hasta Peter Saville y sus trabajos para Joy Division.
 
Lo malo de las listas es lo que no cabe en ellas. Pero nos vemos en la obligación de recordar algunos logos que no quieren caer en el olvido; el icono de los Doors (“muy Santa Mónica, como si fuese un logo de ruedas naranjas de skate”, apunta Fernando Rapa Carballo, director de arte de la revista Mongolia) o el de Led Zeppelin, “bonito y feo a la vez”, según el cómico Joaquín Reyes. También hay hueco para el rap: inmortal es el de Public Enemy, banda que para muchos tiene más que ver con el rock que con el hip hop. Y algo generacional: Bad Religion, Guns N’ Roses y Pixies. ¿Y en el siglo XXI? El logo de The Strokes, que resume gran parte de la cultura visual americana del último medio siglo y la cruz de Justice, que retoma un símbolo inmortal.

Año 2012. el rock es el nuevo pop. “Mercadotecnia y contracultura juvenil, dos caminos divergentes en el siglo XX, se han unido con la globalización, la cultura de masas y la sociedad del bienestar para desembocar en el capitalismo musical”, resume Álex Carrasco, redactor jefe de la revista V Spain. “De esta evolución nadie sabe más que los Rolling. Ellos son rock, pero su logo es pop”, remata. Y, además, tiene un precio: el original de Pasche, aquel que les costó a los Stones 50 libras, fue vendido en 2008 al museo Victoria & Albert de Londres por 50,000 libras.
Y asumido el rock por mercados y museos, quizá va siendo hora de que busquemos la irreverencia y la rebeldía en otro lado.

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