jueves, 11 de octubre de 2012

10 jugosas autobiografías musicales que merece la pena leer

En una época en la que cada vez se venden menos discos, el sector editorial se ha convertido en una tabla de salvación para los músicos con ganas de mantener su nivel económico a cambio de revelar unos cuantos secretos, con una premisa clara: cuanto más recuerdas más ganas.
Revista Rolling Stone

10 jugosas autobiografías musicales que merece la pena leer

El guitarrista de The Who, Pete Townshend, ha sido el último en sumarse a la cada vez más inabarcable lista de músicos que repentinamente sienten la necesidad de gritar sus peripecias más o menos locas a los cuatro vientos. Mientras tanto, Billy Corgan va caldeando el ambiente y ha prometido mucho rock y mucho sexo en sus memorias, aún sin fecha de publicación. Así las cosas, repasamos algunas de las autobiografías más jugosas para melómanos que ya no saben qué más escuchar... definitivamente la lectura puede abrir una nueva espita.

1. Bob Dylan: CHRONICLES, VOLUME ONE (2004).
Todo el mundo sabe que a este tipo se le dan bien las palabras, pero nadie esperaba que su autobiografía fuera tan intensa. Bob divaga entre los diferentes fragmentos de su vida, con locos personajes y extrañas escenas en cada capítulo. Todo a la vez, desde su infancia en Minnesota (¿Alguien sabía que era un gran fan del wrestling?), hasta los "desérticos huertos y la hierba muerta" por la que deambuló durante los ochenta. Recuerda también sus primeros días en Nueva York y explica que odia ser percibido como la voz de una generación. "Yo era más un vaquero que un flautista de Hamelín". En cualquier caso, ya trabaja en la secuela de estas memorias, tal y como desveló hace unos días a Rolling Stone.


 
2. Patti Smith: JUST KIDS (2010).
Un retrato increíblemente romántico de dos adolescentes en la gran ciudad. Patti y su mejor amigo, el artista Robert Mapplethorpe, se decían constantamente el uno al otro lo grandes que eran, básicamente porque nadie más lo creía. Lo más increíble sobre este libro es el calor y la amargura que desprenden los recuerdos de Smith sobre la bohemia de Nueva York en los sesenta. Uno de los mejores momentos es cuando Allen Ginsberg le compra a Patti un sandwich de atún y lechuga en una máquina automática porque piensa que es un chico muy guapo. Cuando Allen descubrió que era una chica le preguntó: "Bien, ¿Esto significa que tengo que devolver el sandwich?" No lo devolvió y continuó hablando sobre Jack Kerouac mientras ella comía.


 
3. Keith Richards: LIFE (2010).
Como algunos de otros libros de esta lista, Life te hace preguntarte cómo demonios puede alguien recordar cualquier cosa al vivir dentro de un caos de tal magnitud. Dejando al margen todo el morbo de su relación con Mick Jagger, este libro de facilísima y apasionada lectura excede cualquier expectativa razonable para los fans de Keef, contando tanto farras memorables como extraños encuentros sexuales y, sí, también, muchos secretos sobre la música que crearon los Rolling Stones.


 
4. Slash: SLASH (2007).
Son muchos los libros que hablan del Sunset Strip de Hollywood durante los mágicos años ochenta, incluyendo los de otros Guns n' Roses como Steven Adler (My Appetite for Destruction) o Duff McKagan (It's So Easy... and Other Lies). Pero el de Slash es único en su especie, sorpresivamente reflexivo al mismo tiempo que hilarante y punzante al relatar sus momentos de decadencia. El punto más bajo sucede cuando el guitarrista es trasladado de urgencia a un hospital por una sobredosis. Lo que más le molesta no es estar tan cerca de la muerte, sino que todo ese incidente tuvo lugar durante uno de sus días libres.


 
5. John Lydon: ROTTEN, NO IRISH, NO BLACKS, NO DOGS (1993). 
Johnny Rotten puede contarte toda la mierda imaginable acerca de cómo los Sex Pistols cabrearon a todo el mundo. Pero va más allá e incluso desvela detalles sobre su conmovedora y miserable juventud en Londres, criado por una madre incluso con más coraje que él. Nos habla también sobre su profundo odio hacia la religión, la Reina, los otros miembros de la banda, los hippies, los ricos, racistas, sexistas, el sistema político inglés, Malcolm McLaren y, por supuesto, Pink Floyd. "Mucha gente piensa que los Sex Pistols sólo fueron algo negativo", plantea, para añadir: "Bien, estoy de acuerdo, ¿Pero qué tiene eso de malo? A veces lo más positivo que puedes ser en una sociedad aburrida es completamente negativo".


 
6. Nile Rodgers: LE FREAK (2011).
La revolución del "sexo, drogas y disco" de los setenta, vista por el guitarrista de Chic que cambió para siempre el sonido, el sentimiento y los movimientos de la música. Es toda una celebración cerebral a la par que desvergonzada celebración de aquellos años locos de búsqueda de la auténtica libertad creativa. Rodgers cuenta centenares de anécdotas, como que todo el mundo en Motown odiaba el clásico Upside Down que él y Bernard Edwards escribieron para Diana Ross. "Se la pusimos a Gene Simmons de Kiss, que estaba grabando en el estudio de al lado, y nos dijo que era genial. Le respetamos pero, claro, ¿Qué demonios iba a decir, si él estaba saliendo con Diana por aquel entonces?".


 
7. Paul McCartney: MANY YEARS FROM NOW (1997).
Oficialmente esta es una biografía autorizada, obra del gran conocedor de los Beatles Barry Miles. Pero eso es pura fachada, porque este libro realmente existe como un vehículo para que McCartney cuente su historia con sus propias palabras. Algunos fans comprensiblemente se desanimaron con este libro por la forma que tiene de incidir en el reparto de créditos, incluso dividiendo las canciones en porcentajes (por poner un controvertido ejemplo, calcula Norwegian Wood como 40 por ciento de Paul y 60 de John). En cualquier caso, su voz fluye con ingenio y afecto. Y Paul hizo bastante menos que cualquier otra estrella para joder su buena suerte, lo que explicaría que sus recuerdos sean una compañía tan maravillosa después de todo.


 
8. Anthony Kiedis: SCAR TISSUE (2004) 
El vocalista de Red Hot Chili Peppers nos cuenta una clásica historia 'made in Los Angeles' de ascensión, descenso y redención final, aderezada con todo tipo de detalles 'californicatorios'. Kiedis habla sobre su infancia, su banda y su infinidad de ex-novias, la mayoría de las cuales le motivan a compartir una palabra amable, una foto nudista o ambas cosas. Este libro tiene además probablemente la mejor sentencia final de todos los que aparecen en esta lista, con el perro de Anthony, Buster, como protagonista: "Y cuando pienso algo en plan 'tío, una habitación de motel con un puñado de dólares y unos cuantos narcóticos me vendría bien ahora', sencillamente miro a mi perro y pienso que Buster nunca me ha tenido que ver así".


 
9. Jay-Z: DECODED (2010).
Si sientes curiosidad por saber cómo es realmente ser Shawn Carter, aprenderás más de su vida a través de sus discos, que siempre van un poquito más allá. Pero lo que él realmente está tratando de hacer aquí es escribir la completa historia del hip-hop, usándose a sí mismo como ejemplo principal desde su ascenso como fan de mente criminal hasta convertirse en un magnate de la industria. El momento más sorprendente llega cuando defiende Beach Chair como una de las joyas ocultas de su catálogo.


 
10. David Bowie: MOONAGE DAYDREAM, THE LIFE AND TIMES OF ZIGGY STARDUST (2002).
Estamos ante un lujoso libro con espléndidas imágenes de Bowie en los setenta, obra del fotógrafo Mick Rock. Pero su principal atractivo es el texto escrito por su protagonista. Es divertido cuando cuenta cómo sale a comprar zapatos con Cyrinda Foxe, quien le enseña a lucir esas plataforma destroza tobillos, o cómo sorbe café con Elton John (nunca fuimos verdaderamente colegas, nunca tuvimos demasiado en común, especialmente en lo musical), o cómo arrasa en las fiestas con Mick Jagger ("No tengo ningún recuerdo en absoluto de esta fiesta", llega a admitir). De alguna manera es lo más cerca que nunca estaremos de una autobiografía formal de David Bowie... ¿Pero quien ha querido alguna vez algo formal de él?

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