domingo, 28 de octubre de 2012

Fichar a un nuevo cantante: Negación, ira, negociación, depresión y… ¿Aceptación?

A lo largo de la historia del rock no son pocos los casos en los que bandas más o menos relevantes han tenido que enfrentarse al terrible contratiempo de sustituir a su vocalista, en ocasiones con éxito, por lo general con polémica.

Fichar a un nuevo cantante: negación, ira, negociación, depresión y… ¿aceptación?
IMAGEN: Van Halen III, Queen con Paul Rodgers, AC/DC e Iron Maiden

Ya sea por fallecimiento, por deserción o por despido fulminante, sustituir a un cantante, casi siempre la cara más reconocible del grupo, auténticos iconos de la música popular, es algo harto complicado. Tanto que la hinchada no suele aceptar de buen grado a ese nuevo tipo que llega de fuera, que no pertenece a la manada -este reportaje está centrado en fichajes externos y no incluye permutaciones dentro del grupo-, y que a sus ojos nunca, nunca, nunca, tendrá el carisma y talento de su antecesor. Muchos, efectivamente, se estrellan y quedan traumatizados de por vida, pero también hay casos de éxito y aceptación que desmontan el mito de que segundas partes nunca fueron buenas.
 
AC/DC
Un caso obvio y paradigmático de aprobación es el Brian Johnson, chillón que llegó a la banda de los hermanos Young en 1980 tras la muerte del idolatrado Bon Scott como funesto resultado de una descomunal borrachera (por cierto, que el vocalista original del grupo no fue Bon, sino Dave Evans). Aún hoy, más de treinta años después, Johnson tiene que soportar comparaciones, pero es el cantante de la banda por derecho y por ley.
 
QUEEN
Este caso es, desde luego, mucho más polémico. Bryan May y Roger Taylor se han empeñado en relevar a quien no puede tener relevo y, claro, la afición se mosquea. Aunque en honor a la verdad hay que decir que sus giras con Paul Rodgers fueron todo un éxito de público. George Michael fue quien tuvo críticas más positivas cantando Somebody to love en el homenaje a Freddie Mercury de 1992 en Wembley, pero aquello no tuvo continuidad y ahora parece que cualquiera puede cantar con Queen.
 
THE DOORS
El cambio de siglo dio a Ray Manzarek y Robbie Krieger energías renovadas para volver a los escenarios. Sustituir a Jim Morrison parecía y sigue pareciendo una locura. Disputas legales con el baterista de la banda, John Densmore, impidieron que pudieran usar el nombre de The Doors, así que la cosa quedó en Riders on the Storm, como si de una banda tributo se tratara, con un Ian Astbury (vocalista de The Cult) poseído asombrosamente por el espíritu del rey lagarto.
 
VAN HALEN
Lo de la banda estadounidense ya es de traca. Tras una primera época de éxito descomunal con David Lee Roth hasta 1985 (primer vídeo), llegó otra casi con la misma aceptación de la mano de Samy Haggar hasta 1996 (segundo vídeo). Gary Cherone, de Extreme, pasó sin pena ni gloria hasta 1998, y tras años de zozobra, la banda editó a principios de este año nuevo disco, cerrando el círculo con la vuelta de Roth. A pesar de tanto lío su público nunca les ha fallado, sobre todo en Estados Unidos, donde son clásicos absolutos.
 
BLACK SABBATH
Tras años de triunfos, excesos y demencia, Ozzy fue expulsado de la formación y sustituido en 1979 por otra leyenda del rock duro, Ronnie James Dio, procedente de Rainbow (otro grupo con decenas de cambios en su formación, también ante el micrófono con Graham Bonnet, Joe Lynn Turner y Doogie White). Por Black Sabbath también pasó a principios de los ochenta Ian Gillan, el cantante más perdurable y actual de Deep Purple. Incluso Glenn Hughes cantó en el disco Seventh Star de 1986, pero para la afición el cantante del grupo siempre fue y será Ozzy. De hecho actualmente es.
 
DEEP PURPLE
Lo que ya se liaba con Black Sabbath y Rainbow, se convierte en un culebrón en toda regla con Deep Purple, banda con infinitos cambios en la que cantaron, por este orden, Rod Evans, Ian Gillan, David Coverdale (antes de fundar Whitesnake) y Joe Lynn Turner. Vamos, que aquí traumas los justos para los fans, acostumbrados a tanta fugacidad. El grupo logró en 1992 ensamblar una formación estable al fin, ya siempre liderados de nuevo por Gillan, quien además canta en su disco más vendido, el Machine Head de 1972.
 
IRON MAIDEN
No lo pasó nada bien Blaze Bailey en sus años como vocalista de la doncella de hierro entre 1994 y 1999. Las comparaciones con su icónico predecesor, Bruce Dickinson, fueron incansables y contundentes durante los cuatro años, y la banda perdió cierto tirón popular. Así las cosas, Dickinson (que tampoco era vocalista fundador, pues ese honor le corresponde a Paul Di’anno) volvió a ponerse a los mandos en 1999, y ahí sigue a día de hoy. Un caso muy similar se vivió en el seno de Judas Priest cuando el 'Metal God' Rob Haltford abandonó y dejó su apetecible pero peligroso puesto a Tim 'Ripper Owens' entre 1996 y 2003. Los fans de ambas leyendas del Heavy nunca aceptaron a los jovenzuelos de reemplazo.
 
ALICE IN CHAINS
La muerte del vocalista Layne Staley en abril de 2002 parecía poner punto y final a la vida de la banda. Por eso la sorpresa fue mayúscula cuando en 2006 arrancaba una nueva etapa para Alice in Chains con William DuVall como vocalista. En 2009 publicaron nuevo material en Black Gives Way to Blue, después siguieron girando, y por ahora esta nueva formación sigue adelante.
 
INXS
Tras la dramática muerte de Michael Hutchence en Noviembre de 1997, el resto de miembros del combo australiano se empeñaron en seguir adelante. Tras unos años poco fructíferos en lo creativo con Jon Stevens como cantante, en 2004 abrieron un concurso ganado por J. D. Fortune, quien cantó en INXS hasta 2011. Actualmente el vocalista del grupo, que no está ni de lejos al nivel alcanzado con Hutchence, es Ciaran Gribbin.

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