Bob Dylan vuelve al género con Fallen Angels; ¿Por qué el rock mira tanto hacia atrás?
Fuente: Rolling Stone
Primero fue "Shadows in The Night" (2015), el disco con el que Bob Dylan homenajeó a Frank Sinatra interpretando con su particular voz temas que en su momento popularizó, bueno, La Voz. Y ahora el gran poeta del rock reincide: Fallen Angels, su nuevo trabajo, también está conformado por canciones de la era de oro del jazz vocal, como "Young at Heart", "All The Way" e "It Had To Be You". Tanto los tracks de aquel elepé como los de éste son parte de lo que se conoce como El Gran Cancionero Estadounidense: La obra de compositores como Jerome Kern, Irving Berlin, George Gershwin, Richard Rodgers y Cole Porter, que se destacaron escribiendo para musicales de Broadway y películas hollywoodenses entre los años 20 y los 60.
Este ejercicio de Dylan está muy lejos de ser único. Por el contrario, ya desde los 60 los músicos surgidos dentro de la cultura rock recurrían al Gran Cancionero Estadounidense para complementar sus composiciones en sus álbumes. Luego -quizás por nostalgia, quizás por falta de ideas, quizás porque era negocio o quizás por el mero placer de interpretar hermosas canciones ajenas- empezaron a grabar discos enteros dedicados a los standards, práctica que se popularizó aún más en los últimos veinte años. ¿Ejemplos de ello? Hay cientos, entre ellos estos cinco.
Buena parte de la responsabilidad por esta "ola" de lanzamientos de discos de standards de los últimos años le corresponde a la serie de cinco álbumes titulados The Great American Songbook que lanzó Rod Stewart entre 2002 y 2010. El primero, que llevó el subtítulo de "It Had To Be You", fue triple platino en los Estados Unidos con tres millones de copias vendidas, y doble platino en Gran Bretaña con más de 600 mil. Gracias a ese éxito llegaron los otros cuatro volúmenes, y así fue como los standards de jazz se volvieron a poner de moda.
Uno de los pioneros en esto de grabar álbumes de standards fue Harry Nilsson, quien en 1973 contrató al arreglador Gordon Jenkins (que supo trabajar con Frank Sinatra, Gil Evans y muchos otros) y a una orquesta para hacer "A Little Touch of Smilsson in the Night". Clásicos como "It Had to Be You" y "Makin' Whopee" en versiones delicadas para disfrutar de madrugada.
Entre los mejores exponentes de este apartado en las bateas se encuentra "In a Sentimental Mood" (1989) de Dr. John. Canciones de Duke Ellington, Cole Porter y Harold Arlen se potencian con el piano del genio de Nueva Orleans. ¿Lo mejor? El dueto con Rickie Lee Jones en "Makin' Whopee".
Paul McCartney viene grabando canciones de épocas pre rockeras ya desde los primeros discos de los Beatles: en "Please Please Me" (1963) incluyeron "A Taste of Honey" de la obra de Broadway homónima y para "Meet The Beatles" hicieron "Till There Was You" del musical "The Music Man". Pero no fue hasta 2012 que se decidió a registrar un elepé completo con estas canciones (más dos composiciones propias): "Kisses on The Bottom" se llama esta colección de standards y canciones de antaño en la que incluso se dio el gusto de reunirse con Eric Clapton y Stevie Wonder. Eso sí: Ringo lo había primereado en este metier: En 1970, apenas separados los Fab Four, el baterista editó "Sentimental Journey", con himnos como "Stardust" y "Night and Day".
Para finalizar, ¿Quién esperaría un disco de suaves tonadas jazzeras a cargo de la siempre estrambótica Nina Hagen? Y sin embargo sucedió: "Big Band Explosion" (2003) muestra a la cantante germana en compañía de la Leipzig Big Band interpretando clásicos como "Let's Call The Whole Thing Off" (tema que alguna vez supieron hacer juntos Louis Armstrong y Ella Fitzgerald) y "The Lady Loves Me". Eso sí: No esperen una performance "normal" por aquí...
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