Tras tres años en silencio, la súper estrella pop conversó sobre su nuevo álbum, "Lover", y cómo superó las polémicas del pasado.
Taylor Swift irrumpe sonriendo en la cocina de su madre en Nashville, con su característico aspecto de Taylor Swift (sí, tiene pintalabios rojo). “Necesito a alguien que me ayude a teñirme el pelo de rosado”, dice; y más adelante, sus puntas hacen juego con su esmalte de uñas brillante, sus tenis y su blusa. Todo está en consonancia con la estética color pastel de su nuevo álbum, Lover; la Taylor vestida de cuero negro de su anterior álbum ya no puede pasar al teléfono. En la cocina se respira un ambiente tranquilo; de vez en cuando pasan sus padres y su hermano menor; y los perros de su madre, uno muy pequeño y uno muy grande, saltan sobre los visitantes. Esta podría ser la típica visita de una chica de 29 años a sus padres un fin de semana, si no fuera por el escándalo que hay unos metros afuera del pasillo. En una terraza hay 113 fans incrédulos, que aún se encuentran mareados, llorosos y temblorosos, esperando el comienzo de una de las sesiones secretas de Swift. Está a punto de ponerles su séptimo álbum y de conversar con ellos. Como si fuera poco, les hizo galletas.
Antes de la sesión, Swift se sienta en el estudio de su madre (ella le “maneja el Google”) para charlar durante unos minutos. El cuarto tiene paredes negras decoradas con fotos de rock clásico a blanco y negro, entre las que se encuentran algunas de Bruce Springsteen y, como era de esperar, de James Taylor; también hay fotos más recientes de Swift posando con Kris Kristofferson y tocando con Def Leppard, la banda favorita de su madre. En una esquina hay una guitarra acústica que la cantante tocaba en su adolescencia. Muy seguramente compuso algunas canciones conocidas con ella, pero no puede recordar cuáles. “Sería un poco raro terminar una canción y decir: ‘Este momento lo recordaré’”, dice riéndose. “Esta guitarra ha sido ungida con mi melodía sagrada”.
La sesión secreta es, como su nombre lo indica, algo muy privado; se puede confirmar que bebió un poco de vino blanco porque su copa aparece en algunas fotos de Instagram. Se quedó hasta las 5 a.m. charlando y tomándose fotos con cada uno de los fans. Cinco horas después continuamos nuestra conversación en el apartamento de Swift en Nashville, casi en el mismo punto donde hicimos una de nuestras entrevistas para su historia de portada de 2012 de Rolling Stone.
Su enigmática decoración casi no ha cambiado en los últimos años (uno de los pocos accesorios nuevos es una mesa de billar, que reemplazó el sofá donde nos sentamos la última vez); es una cápsula del tiempo de la vieja Taylor. Todavía hay un enorme conejito hecho de musgo en una esquina, y una jaula de aves de tamaño humano en la sala, aunque ahora la vista de esta última es una serie de edificios genéricos, en lugar del verde distante de las colinas. Swift está descalza, viste jeans azul pálido y una blusa azul atada a la altura de la cintura; tiene el pelo hacia atrás y poco maquillaje.
¿Cómo resumir los últimos tres años de Taylor Swift? En julio de 2016, después de que la cantante expresara su descontento con Famous, de Kanye West, Kim Kardashian hizo todo lo posible para destruirla, revelando grabaciones clandestinas de una conversación telefónica entre Swift y West. En la parte parcial del audio se puede escuchar a Swift mostrándose de acuerdo con la frase “…me and Taylor might still have sex”. . . [Taylor y yo todavía podríamos tener sexo]. Pero no la oímos enterándose de la siguiente parte de la letra, la que dice que le molestó: “I made that bitch famous [yo volví famosa a esa perra]”. Más adelante nos contará más detalles de su parte de la historia. La reacción fue abrumadora. Y aún hoy no se ha olvidado del todo. Ese mismo año, Swift eligió no respaldar a nadie en las elecciones, y eso definitivamente no ayudó. Luego hizo Reputation –un pop agresivo, ingenioso y casi industrial, compensado por canciones de amor cristalinas– y una exitosa gira de estadios. En algún punto conoció a su novio actual, Joe Alwyn, y a juzgar por ciertas canciones de Lover, la relación va en serio.
Lover es el álbum más adulto de Swift, un reequilibrio de su sonido y su personalidad que abre las puertas a la siguiente década de su carrera; también es un regreso a la diversidad sonora de Red, de 2012, con pistas que van desde Cruel Summer, coescrita con St. Vincent, hasta el tema con aires de country Soon You’ll Get Better (con las Dixie Chicks) pasando por Paper Rings, que evoca a Shake It Off. Swift quiere hablar de la música, por supuesto, pero también está lista para explicar los últimos tres años de su vida, en profundidad, por primera vez. La conversación a menudo se pone densa. Se ha puesto una armadura más grande en los últimos años, pero aún no puede ocultar del todo sus emociones –sobre todo mientras reflexiona sobre una pregunta, cuando arruga su nariz al oír el término “estrellas del pop de vieja escuela”, o cuando sus ojos azules brillan a medida que habla de temas más oscuros–. En sus peores momentos, dice: “Sientes como si estuvieras siendo arrastrada completamente por una marea fuerte. Entonces, ¿qué vas a hacer? ¿Chapotear mucho, o aguantar la respiración y esperar que de alguna manera salgas a flote? Eso fue lo que hice. Y me tomó tres años. Pero estoy aquí sentada dando una entrevista; y no estoy empapada en sudor solamente porque ya habíamos hecho una anteriormente”.
VESTIDO DE ERDEM. ARETES DE JESSICA MCCORMACK.
Cuando hablamos hace siete años te estaba yendo muy bien, pero estabas muy preocupada de que algo saliera mal.
Sí, sabía que eso pasaría. Sentía como si estuviera caminando por la acera sabiendo que con el tiempo el pavimento se desmoronaría y me caería. No puedes seguir ganando y que a la gente le guste. A la gente le encanta lo “nuevo”, entonces te elevan hasta el asta de la bandera, y permaneces allí por un tiempo. Pero luego deciden que les gusta otra bandera. Deciden que algo que estás haciendo es incorrecto, que no estás defendiendo lo que deberías defender. Que eres un mal ejemplo. Entonces si sigues haciendo música y sobrevives, y sigues conectándote con la gente, con el tiempo te levantan un poco hasta el asta de la bandera de nuevo, y luego te vuelven a bajar, y así sucesivamente. En la música es más frecuente que esto les ocurra a las mujeres que a los hombres.
También te pasó un par de veces, en una escala más pequeña, ¿cierto?
He tenido varias polémicas en mi carrera. Cuando tenía 18 años decían que no escribía mis canciones. Por eso mi tercer álbum lo compuse sola como una reacción a eso. Luego decidieron que era una “devora hombres” cuando tenía 22 años. Así que no salí con nadie durante casi dos años. En 2016 decidieron que absolutamente todo lo que hacía estaba mal. Si hacía algo bueno, era por las razones equivocadas. Si hacía algo valiente, no lo hacía correctamente. Si me defendía, estaba haciendo una pataleta. Y así, me vi atrapada en una cámara de ecos llena de burlas. Tengo un hermano dos años y medio menor que yo. Pasamos la primera mitad de nuestras vidas tratando de matarnos, y la segunda mitad siendo mejores amigos. Solíamos jugar ese juego de remedar lo que el otro decía todo el tiempo con una voz desagradable y molesta. Así me sentía en 2016. Por eso decidí no decir nada. Eso no fue realmente una decisión. Fue completamente involuntario.
Pero al mismo tiempo también te pasaron cosas buenas; eso es parte de Reputation.
Los momentos de mi verdadera historia en ese álbum están en canciones como Delicate, New Year’s Day, Call It What You Want, Dress. La dualidad de Reputation es que es una historia de amor en medio del caos. Todos los himnos de batalla con tintes metálicos eran lo que estaba sucediendo a nivel externo. Esa era la batalla que veía desde la ventana; y, por otra parte, está lo que ocurría en mi mundo interior: mi nuevo mundo tranquilo y acogedor, que estaba viviendo en mis propios términos por primera vez. Es raro porque me atrevo a decir que en algunos de los peores momentos de mi carrera y reputación viví algunos de los momentos más hermosos –en la vida tranquila que elegí llevar–. Y tuve algunos de los recuerdos más increíbles con los amigos que, ahora sé, se preocupaban por mí, incluso si todo el mundo me odiaba. Las cosas malas fueron realmente significativas y perjudiciales. Pero lo bueno perdurará, las buenas lecciones: simplemente te das cuenta de que no puedes mostrarle tu vida a la gente.
¿Qué quieres decir?
Yo era como un golden retriever, simplemente caminaba hacia la gente batiendo la cola. Los complacía en lo que querían saber, en lo que necesitaban. Ahora supongo que tengo que ser un poco más como un zorro.
¿Tus quejas al respecto se extienden a la forma en que se percibía el girl squad?
Sí, nunca me hubiera imaginado que la gente pensaría: “este es un grupito que no me habría aceptado si quisiera estar en él”. Mierda, eso me cayó como una tonelada de ladrillos. No pensé que las cosas fueran a terminar así. Pensé que todavía podríamos permanecer juntas, como sucede con los hombres. El patriarcado les permite a los hombres tener grupos de amigos. Si eres un artista masculino, se entiende que tienes respeto por tus contrapartes.
¿Mientras que se espera que las mujeres peleen entre sí?
Se supone que nos odiamos. Incluso si estamos sonriendo y fotografiándonos juntas abrazadas, se supone que tenemos un cuchillo en el bolsillo.
¿Qué peligro había de que cayeras en esa forma de pensar?
Los mensajes son peligrosos, sí. Nadie es inmune, porque somos un producto de lo que nos dice la sociedad, los grupos de compañeros e Internet, a menos que aprendamos de otra forma gracias a la experiencia.
Alguna vez cantaste sobre una estrella que “tomó el dinero, tu dignidad y se largó”. En 2016 escribiste en tu diario: “Este verano es el apocalipsis”. ¿Qué tan cerca estuviste de renunciar a todo?
Pensé mucho en eso. Pensé en cómo las palabras son mi única manera de darle sentido al mundo y expresarme; y ahora cualquier cosa que digo o escribo se pone en mi contra. A la gente le encanta desatar un frenesí de odio. Son como pirañas. La gente se divertía mucho odiándome, y en realidad no necesitaban muchas razones. Sentí que la situación era bastante desesperada. Escribí un montón de poemas amargos y agresivos. Escribí muchos pensamientos –que sabía que nunca publicaría– sobre lo que se siente estar en un espiral de vergüenza. Y no podía aprender de eso. Porque no estaba segura de qué era lo que había hecho tan mal. Fue muy difícil para mí, porque no puedo soportar cuando la gente no puede aceptar las críticas. Por eso trato de auto examinarme, y aunque eso es muy difícil y a veces duele mucho, intento entender en qué se basa la gente cuando no le gusto. Y entiendo completamente por qué no les puedo caer bien. Porque he hecho que mis inseguridades digan esas cosas, y cosas mil veces peores.
Pero algunos de tus críticos del pasado se han convertido en tus amigos, ¿cierto?
Algunas de mis mejores amistades surgieron de gente que me criticaba públicamente y luego se abría una conversación. Haley Kiyoko estaba haciendo una entrevista y dio un ejemplo sobre cómo me salgo con la mía cantando sobre relaciones heterosexuales y la gente no me cae encima como le caen a ella por cantar sobre chicas, y es totalmente válido. Como Ella — Lorde —, la primera vez que me criticó públicamente fue por mí imagen. Pero no puedo responderle a alguien que dice: “Tú, como ser humano, eres falso”. Y si dicen que te estás haciendo la víctima, eso socava por completo tu capacidad de verbalizar alguna vez la forma en que te sientes a menos que sea positivo. ¿Debo sonreír todo el tiempo y nunca decir que nada me lastima? Porque eso es realmente falso. ¿O debería ser sincera acerca de cómo me siento y tener respuestas válidas y legítimas a las cosas que me pasaron en mi vida? Pero, espera, ¿eso no sería hacerme la víctima?…
“La gente se divertía mucho odiándome, y no necesitaban muchas razones para eso”.
¿Cómo escapas de esa trampa mental?
Desde que tenía 15 años, si la gente me criticaba por algo, lo cambiaba. Así que te das cuenta de que podrías ser una amalgama de las críticas que te han lanzado, y no una persona real que ha tomado cualquiera de estas decisiones por sí misma. Decidí entonces que necesitaba vivir una vida tranquila, porque una vida personal tranquila no invita a discutir ni a debatir. No me di cuenta de que invitaba a la gente a sentir que tenía derecho a jugar con mi vida “como si fuera un videojuego”.
“La vieja Taylor no puede pasar al teléfono en este momento. ¿Por qué? ¡Porque está muerta!” . Eso fue divertido, pero ¿qué tan en serio debemos tomárnoslo?
Hay una parte de mí que siempre va a ser diferente. Necesitaba crecer de muchas formas. Necesitaba poner límites para averiguar qué era mío y qué era del público. Creo que esa versión vieja que compartía todo con un mundo que probablemente no es apto para compartir cosas se ha ido. Pero fue un momento divertido en el estudio con Jack [Antonoff] donde quería jugar con la idea de una llamada telefónica, porque así fue como empezó todo esto, una estúpida llamada telefónica que no debería haber contestado.
Habría sido mucho más fácil si simplemente hubieras dicho eso.
Hubiera sido increíble si simplemente hubiera dicho eso (risas).
Sin embargo, parte de la iconografía de Lover sugiere que la vieja Taylor ha vuelto.
Creo que nunca me había apoyado tanto en mi vieja versión a nivel creativo como lo hice en este álbum, que es muy autobiográfico. Pero también hay momentos muy pegajosos, y momentos de confesiones personales extremas.
Desde tu punto de vista, ¿crees que hiciste algo mal al lidiar con esa llamada telefónica? ¿Hay algo de lo que te arrepientas?
El mundo no entendió el contexto ni los acontecimientos que llevaron a todo. Porque nada sucede porque sí. Hubo una serie de eventos que hicieron que me enojara cuando me llamó “perra”. No fue algo único. Básicamente, me cansé de la dinámica entre él y yo. Y eso no se basó solo en lo que pasó en esa llamada telefónica y con esa canción, sino que fue una especie de reacción en cadena.
Empecé a sentir que nos reconectábamos, y eso me hacía sentir muy bien, porque todo lo que quería en mi carrera luego de lo que sucedió en 2009 era que él me respetara. Él dijo que yo no merecía estar ahí, y yo quería ganarme su respeto… odio eso de mí porque este tipo me estaba antagonizando, y yo solo quería su aprobación. Me encontraba en ese punto. Entonces empezamos a ir a comer y a hacer otros planes. Y me sentía muy contenta porque él hablaba bien de mi música. Yo sentía que estaba aliviando algún rechazo o algo de cuando tenía 19 años. Luego llegaron los VMA de 2015. A él le iban a dar el Vanguard Award. Me llamó antes; no grabé de manera ilegal, así que no te puedo mostrar. Me llamó alrededor de una semana antes del evento y hablamos como una hora, y me dijo que quería que yo presentara el premio porque significaría mucho para él, y me explicó las razones. Él puede ser muy amable. El más amable de todos.
Yo estaba sorprendida de que me hubiera pedido eso. Entonces escribí un discurso, y luego llegamos a los VMA, di el discurso y después él gritó, “¡MTV subió aquí a Taylor Swift para que me dé el premio y obtener más rating!” [sus palabras exactas: “¿Saben cuántas veces anunciaron que Taylor me iba a dar el premio para obtener más rating?”] Y yo estaba de pie en el público abrazando a su esposa y me corrió un escalofrío. Ahí me di cuenta de que él era un hipócrita. De que tenía dos caras.
No me gustó que quisiera ser amable conmigo tras bambalinas, pero luego quisiera quedar bien parándose a hablar mierda delante de todos. Él quería que fuera a hablar con él después del evento a su camerino. Pero no fui, y él envió un arreglo de flores enorme al día siguiente para disculparse. Entonces dije: “¿Sabes qué? no quiero que estemos en malos términos otra vez. Así que me voy a olvidar de esto”. Luego, cuando habló por teléfono conmigo yo ya estaba conmovida por el hecho de que estuviera siendo respetuoso y me contara acerca de la frase de la canción.
¿La frase “Taylor y yo todavía podemos tener sexo”?
Sí. Entonces dije: “Ok, bien, estamos en buenos términos de nuevo”. Pero luego oí la canción y dije: “Me cansé de esto. Si quieres estar en malos términos, estemos en malos términos, pero sé honesto”. Y luego le hizo lo mismo a Drake. Afectó gravemente la dinámica de la familia de Drake y sus vidas. Hizo lo mismo. Se acercó, se ganó su confianza y le hizo daño. Realmente no quiero hablar más de eso porque me pone de mal genio, y no quiero hablar solo de mierdas negativas todo día, pero es lo mismo. Escucha a Drake hablar de lo que pasó. [West negó cualquier participación en la revelación de Pusha-T acerca del hijo de Drake y se disculpó por enviarle “energía negativa” al canadiense].
¿Cuándo llegaste a la situación que describes en la primera canción de Lover, I Forgot That You Existed?
En algún momento de la gira de Reputation, la experiencia que más me transformó emocionalmente en mi carrera. Esa gira me dejó en el estado más balanceado y saludable en el que he estado. Después de eso, me pueden pasar cosas malas, pero ya no me afecta. Lo que pasó hace unos meses con Scott [Borchetta] me habría derrumbado y silenciado hace tres años. Me hubiera dado miedo hablar. Algo en esa gira me hizo deshacerme de cierta parte de la percepción pública en la que solía basar toda mi identidad, cosa que ahora sé que es increíblemente perjudicial.
¿Cuál fue la verdadera revelación?
Esa claridad en cuanto al hecho de que mi trabajo es entretener. No esa cosa enorme que a veces mi cerebro y los medios inventan, en donde todos estamos en un campo de batalla y todos van a morir excepto una persona; el ganador. Katy, Gaga, Beyoncé, Rihanna van a ser legendarias. Porque sus obras son más importantes que la miopía de este ciclo de noticias de 24 horas de “clickbait”. Y, de algún modo, me di cuenta de eso durante la gira, mientras miraba las caras de las personas. Solo estamos entreteniendo a la gente, se supone que debe ser divertido.
DREAM TEAM: Swift con Antonoff, productor de gran parte de Lover.
Es interesante ver estos discos como una trilogía. 1989 fue como un botón de reinicio.
En todos los sentidos. He sido muy clara en que esa decisión fue únicamente mía e, internamente, fue recibida con mucha oposición.
Después de darte cuenta de que no todo eran sonrisas con tu exjefe, Scott Borchetta, es difícil no preguntarse qué otros problemas tuviste sobre cosas parecidas.
Muchas de las mejores cosas que hice, creativamente hablando, fueron cosas por las que tuve que luchar para que sucedieran. Pero no soy como él, que hace acusaciones alocadas e insignificantes sobre el pasado… Cuando tienes una relación comercial con alguien por 15 años, siempre va a haber altibajos. Sin embargo, de verdad considero que él me veía como la hija que nunca tuvo. Por eso, aunque tuvimos muchos momentos malos y diferencias creativas, quería quedarme con las cosas buenas. Quería ser amiga de él. Pensé que sabía cómo era la traición, pero esto que pasó con él fue la redefinición de traición para mí, porque lo consideraba parte de la familia. Pasé de sentir que me veía como a una hija, a la horrible sensación de pensar que yo era como el ternero más valioso que él estaba engordando para vendérselo al matadero que más dinero paga.
Te acusó de negarte a participar de la marcha de Parkland y del concierto benéfico de Mánchester.
Increíble. Lo que sucedió fue lo siguiente: todos en mi equipo sabían que si Scooter Braun nos ofrecía algo, no me lo ofrecerían a mí. El hecho de que ellos dos hayan hecho negocios después de todas las cosas que él dijo sobre Scooter Braun… No me sorprendo fácilmente, y esto fue impactante. Son dos hombres muy ricos y poderosos, que usaron USD 300 millones de otra gente para comprar el conjunto de obras femeninas más grande que hay. Y luego fueron a un bar a hacer una sesión de fotos de mal gusto y a beber whiskey. Me hicieron una mala jugada de una manera tan tramposa que no la vi venir ni pude decir nada al respecto.
De alguna manera, a nivel musical, Lover parece tu disco más indie.
Eso es increíble, gracias. Definitivamente es un disco peculiar. Con este álbum, sentía que me daba permiso de reexaminar antiguos temas sobre los que solía escribir y, quizá, verlos desde una nueva perspectiva. Y revisitar viejos instrumentos, viejos en términos de cuando los solía usar. Porque cuando estaba haciendo 1989 me obsesioné con que fuera afín al concepto del pop de los 80; ya fuera con una producción ochentera o de una naturaleza ochentera, con coros enormes, descaradamente enormes. Y después, con Reputation, había una razón por la que estaba todo en minúscula. Consideraba que no era orgullosamente comercial. Es raro, porque ese fue el álbum que requería más explicación y, aun así, es el disco del que no hablé. En las sesiones secretas de Reputation se lo tuve que explicar a los fans: “Sé que estamos haciendo algo nuevo que no habíamos hecho antes”. Nunca había jugado con personajes. Para muchas estrellas de pop ese es un truco entretenido en el que tienen un alter ego. Jamás había jugado con eso y es muy divertido. Fue fantástico durante la gira; la oscuridad, la grandilocuencia, el rencor, el amor y los altibajos de un disco sobre una confusión emocional.
Daylight es una canción hermosa. Podría haber sido el tema que titula el disco.
Por poco lo es. Me pareció que podía ser demasiado sentimental.
Y quizá también muy obvio.
Exacto, demasiado obvio. Eso fue lo que pensé, porque, durante un tiempo, en mi cabeza me referí al disco como Daylight. Pero, para mí, Lover era un título más interesante, un tema más apropiado y un concepto más flexible. Por eso You Need to Calm Down tiene sentido dentro de la temática del álbum. Una de las cosas de las que habla es de cómo cierta gente no puede vivir su vida sin ser discriminada por amar a alguien.
Para las canciones más orgánicas del disco, como Lover y Paper Rings, dijiste que te imaginabas a una banda de boda tocándolas. ¿Qué tan común es que esa visión guíe el estilo de producción de una canción?
A veces tengo una extraña fantasía sobre el lugar en donde las canciones podrían sonar. Y para canciones como Paper Rings o Lover, me imaginaba a una banda de recepción de boda, pero en los 70, así que no podían tocar instrumentos que todavía no habían sido inventados. Tengo todas esas imágenes. En Reputation eran paisajes urbanos nocturnos. No quería que hubiera ningún instrumento acústico tradicional –o muy pocos-. Me imaginaba edificios de bodegas viejas que habían sido abandonadas y espacios de fábricas; todas imágenes industriales. Entonces, no quería que la producción tuviera nada de madera. No hay pisos de madera en ese álbum. Lover tiene pisos de madera, cortinas rotas que se mueven con el viento, campos floreados y terciopelo.
¿Cómo se te ocurrió usar metáforas de bachillerato para hablar de política en Miss Americana & the Heartbreak Prince?
En esa canción en particular hay muchas influencias. La escribí un par de meses después de las elecciones a mitad de legislatura, y quería tomar la idea de la política y elegir un lugar metafórico para que existiera. Entonces pensé en un colegio tradicional de Estados Unidos, donde hay un montón de eventos sociales que pueden hacer que alguien se sienta alienado. Y pienso que muchas personas de nuestro paisaje político sienten que debemos refugiarnos bajo las gradas e idear un nuevo plan para que las cosas mejoren.
“No me di cuenta de que estaba invitando a la gente a sentir que podía jugar con mi vida como si fuera un videojuego”.
Creo que tu fanatismo por Fall Out Boy se nota en el título.
Me encanta Fall Out Boy. Líricamente, su manera de componer me ha influenciado mucho más que cualquier otro artista. Toman una frase y le dan la vuelta. Cuando escuché: “Loaded God complex/ Cock it and pull it”, pensé: “Estoy soñando”.
Cantas: “Historias estadounidenses que arden frente a mí”. ¿Te refieres a las ilusiones sobre lo que es Estados Unidos?
Se trata sobre las ilusiones de lo que yo pensaba que era Estados Unidos, antes de que nuestro paisaje político diera este giro, y sobre la ingenuidad que teníamos al respecto. También es sobre la idea de la gente que vive en Estados Unidos, que solo quiere vivir, ganarse la vida, tener familia, amar a quien ama, y de ver a esas personas perder sus derechos, o ver que no se sienten cómodas en su propia casa. Tengo una frase que dice: “Veo a los tipos malos chocando los cinco”, porque no solo hay matices horribles y racistas que se han transformado en insinuaciones en nuestro clima político, sino que además la gente que representa esos conceptos y esa forma de mirar el mundo está festejando a gritos y es horrible.
Estás en una situación extraña de ser una estrella de pop rubia de ojos azules en esta época. A tal punto que, hasta que apoyaste a algunos candidatos demócratas, la gente de derecha –y otra aún peor– asumía que estabas de su lado.
Creo que ya no lo hacen. Sí, era algo perturbador y no me enteré hasta después de que sucedió. Porque en ese momento, y durante mucho tiempo, no tuve Internet en mi celular. Mi equipo y mi familia estaban muy preocupados por mí, porque no me encontraba bien. Y hubo muchas cosas de las que se encargaron sin decirme. Fue la única vez que sucedió algo así en mi carrera. Siempre estoy en el lugar del piloto, intentando hacer que el avión (mi carrera) vuele en la dirección exacta en la que yo quiero. Pero hubo un momento en el que tuve que resignarme y decir: “Ya no puedo hacer esto. Necesito que se encarguen por mí, y así puedo desaparecer”.
¿Te refieres a cuando un sitio de supremacistas blancos sugirió que estabas en su equipo?
Ni siquiera lo vi, pero, si realmente pasó, es repugnante. No hay nada peor que el supremacismo blanco. Es asqueroso. No debería existir. Realmente intento aprender todo lo que puedo sobre política, y se ha convertido en una de mis obsesiones, mientras que antes yo vivía en una especie de ambivalencia política, porque siempre había ganado la persona por la que yo votaba. Cuando Obama era presidente estábamos en una época maravillosa, porque los países extranjeros nos respetaban. Estábamos emocionados por tener a una persona digna en la Casa Blanca. En mis primeras elecciones voté por él y ganó la presidencia, y luego voté en la reelección. Creo que mucha gente es como yo, en el sentido en que no creían que pudiera pasar esto. Pero estoy enfocada en las elecciones de 2020. Estoy muy enfocada en cómo puedo ayudar sin perjudicar. No quiero que otra vez sea contraproducente, porque considero que la participación de celebridades en la campaña de Hillary fue usado en su contra.
Soportaste muchas críticas por no involucrarte. ¿Te arrepientes de no haber dicho “a la mierda”, y ser más específica cuando les dijiste que votaran ese noviembre?
Sí. Me arrepiento de muchas cosas todo el tiempo. Es como un ritual diario.
¿Estabas convencida de que sería contraproducente?
Exactamente así fue. Es abrumador cuando sientes que las cifras demuestran que casi todo el mundo te odia. De manera cuantificable. No estoy siendo dramática y lo sabes.
VESTIDO DE LOUIS VUITTON. ARETES DE JESSICA MCCORMACK
Había muchísima gente en los estadios.
Cierto. Pero eso fue dos años después. Pienso que, como partido, necesitas ser como un equipo. Entre los republicanos, si utilizas una gorra roja, eres uno de ellos. Y si vamos a hacer algo para cambiar lo que está sucediendo, debemos mantenernos juntos. Necesitamos dejar de analizar por qué alguien está de nuestro lado, o si está de nuestro lado por las razones adecuadas, o si se expresa de manera correcta. Tenemos que dejar de tener al buen demócrata y al mal demócrata. Tenemos que decir: “¿Eres demócrata? Estupendo, vamos”.
Te tengo una pregunta difícil: como súper fanática, ¿cómo te pareció el final de Game of Thrones?
Dios santo, pasé demasiado tiempo pensando en eso. Científicamente, cuando nuestra serie favorita termina, nuestros cerebros responden de la misma manera que cuando terminamos con alguien. Lo leí. No hay forma de que termine bien. Sin importar lo que hubiera pasado en el final, la gente igualmente hubiera estado triste por el hecho de que terminó.
Me alegró que confirmarás que la frase “una lista de nombres” era una referencia a Arya.
Me gusta ser influenciada por películas, series, libros y cosas así. Me encanta escribir sobre la dinámica de un personaje. Y no toda mi vida será tan compleja como esas redes intrincadas de personajes que hay en las series y películas.
En una época, así fue.
Es increíble.
Pero, con esa idea de que a medida que tu vida se vuelve menos dramática, ¿necesitarás sacar ideas de otros lugares?
Todavía no lo siento así. Creo que posiblemente me sienta así cuando tenga una familia. Si es que tengo una familia. [Pausa] ¡No sé por qué dije eso! Pero es lo que he oído de otros artistas que protegen mucho su vida personal, así que tienen buscar inspiración en otros lugares. Pero, de nuevo, no sé por qué lo dije. Porque no sé lo que va a pasar con mi vida, ni lo que voy a hacer. Pero ahora, siento que me es muchísimo más fácil escribir.
No hablas de tu relación, pero cantas sobre ella con mucho detalle. ¿Cuál es la diferencia para ti?
Cantar sobre algo te ayuda a expresarlo de una forma más apropiada. Sin importar qué, no puedes poner las palabras en una declaración e impactar a alguien de la misma manera que si escucha la representación sonora perfecta de esa emoción… Hay un conflicto raro en ser una compositora confesional y, que a la vez, hace 10 años, mi vida haya sido catapultada hacia esta cosa extraña que es la cultura pop.
Dijiste que la gente se interesó demasiado en saber qué canción era sobre quién, y es entendible. Pero, para ser justos, ¿no era un juego que tú también jugabas?
Me di cuenta muy temprano de que, sin importar nada, de todos modos iba a pasar. Cuando entiendes las reglas del juego que estás jugando y cómo te va a afectar, tienes que mirar el tablero y crear tu estrategia. Pero, al mismo tiempo, componer canciones jamás ha sido un elemento estratégico de mi carrera. Ya no tengo miedo de decir que otras cosas en mi carrera, como el marketing de un disco, son estrictamente estratégicas. Y estoy harta de que las mujeres no puedan decir que tienen mentalidades comerciales estratégicas, porque a los artistas hombres sí se les permite. Entonces, estoy harta de tener que pretender que no dirijo mi propio negocio. Pero, es una parte de mi cerebro distinta a la que uso cuando compongo.
“No hay nada peor que la supremacía blanca, es repulsiva”.
Has estado dirigiendo tu negocio desde que eras una adolescente.
Sí, pero también he intentado –y me arrepiento– convencer a la gente de que yo no era la que controlaba los hilos de mi existencia comercial o de ocultar el hecho de que varias veces por semanas me siento en una sala de conferencias a pensar estas ideas. Durante mucho tiempo sentí que la gente no quiere pensar en una mujer en la industria musical que no fuera una feliz coincidencia. Se nos obliga a decir: “¡Rayos, volvió a pasar! Bueno, es genial”. El gol de Alex Morgan en el Mundial y las críticas que recibió son un ejemplo perfecto de por qué no se nos permite presumir o celebrar, o revelar que sí fuimos nosotras a las que se nos ocurrió eso. Es muy injusto. A la gente le gustan las nuevas artistas mujeres porque pueden explicar su éxito. Es una trayectoria fácil. Por ejemplo, el final de Game of Thrones. En particular me identifiqué con la historia de Daenerys porque para mí representaba que, para una mujer, es mucho más fácil conseguir el poder que mantenerlo.
Ella asesinó…
¡Es una metáfora! Obviamente no quería que Daenerys se convirtiera en esa clase de personaje, pero tomando lo que decidí tomar de ella, me parece que intentaban mostrar que para ella el subir la escalera a la cima era muchísimo más fácil que mantenerla, porque, para mí, los momentos en los que sentí que enloquecía fueron en los que intenté mantener mi carrera en la misma dirección en la que subí. Es más sencillo obtener el poder que mantenerlo. Es más sencillo obtener admiración que mantenerla. Es más sencillo obtener atención que mantenerla.
Bueno, supongo que tenemos que agradecer que en 2016 no tuvieras un dragón…
(Enérgica) ¡Te dije que no me gustó que hiciera eso! A lo que me refiero es a que, al ver la serie, podemos reflexionar en la forma en que tratamos a las mujeres en el poder, cómo conspiramos en su contra y las desgarramos hasta que sienten un cambio enorme en el que se preguntan: “¿Qué cambió?”. Y me ha pasado como 60 veces en mi carrera. Pienso: “Ok, el año pasado yo les gustaba. ¿Qué cambio? Creo que voy a cambiar para seguir entreteniéndolos”.
Una vez dijiste que, cuando eras pequeña, tu mamá no te podía castigar porque ya te habías castigado a ti misma. Esta idea de cambiar frente a la crítica y necesitar aprobación… es parte de querer ser buena, ¿no? Lo que sea que eso signifique. Eso parece ser un verdadero motor en tu vida.
Sí, qué perceptivo de tu parte. Y la pregunta que se me planteó es, si intentaras hacer cosas buenas, pero todo el mundo viera esas cosas de manera cínica y asumiera que las haces con mala intención, ¿igualmente harías cosas buenas, aunque nada de lo que hicieras fuera considerado como tal? La respuesta es sí. La crítica constructiva me ayuda a reforzar mi carácter. Las críticas sin fundamentos son cosas que tengo que desechar.
Eso suena saludable. ¿Esto viene de terapia o de la experiencia?
No, nunca he ido a terapia. Hablo mucho con mi mamá, porque ella es quien ha visto todo. Me tomaría demasiado tiempo contarle a alguien los 29 años de mi vida, y ella lo conoce todo. Y hablamos sin parar. Hubo momentos en los que tenía un día muy, muy malo y pasábamos horas y horas en el teléfono. Escribía algo que quería decir y, en vez de publicarlo, se lo leía a ella.
De alguna manera relaciono todo esto a la frase de Daylight que dice: “Crucé muchas líneas sin perdón”. Es un tipo de confesión diferente.
Me alegra que te haya gustado esa frase, porque es algo que me molesta. Mirar hacia atrás en mi vida y darme cuenta de que, sin importar lo que hiciera, arruinaba las cosas. A veces hay gente que estaba en tu vida y ya no lo está, y no hay nada que puedas hacer al respecto; no puedes solucionarlo ni cambiarlo. Anoche les dije a los fans que a veces, en mis días malos, siento que mi vida es un montón de mierda acumulada de todas las malas noticias, las cosas malas que pasaron, los errores que cometí, los clichés, los rumores o las cosas que la gente piensa o ha pensado de mí durante los últimos 15 años. Eso fue parte del video de Look What You Made Me Do, donde tenía una pila de viejas versiones mías, peleándose entre ellas.
Pero sí, esa frase indica mi ansiedad frente a cómo en la vida no puedes hacer todo bien. Muchas veces tomas la decisión equivocada, dices algo incorrecto, o hieres a la gente, incluso sin intención. Y nunca sabes cómo arreglarlo, sobre todo cuando han pasado 29 años.
Seré el Sr. “Rolling Stone” por un momento: hay una letra de Springsteen que dice: “No hay nadie que se vaya de este mundo/Sin la camisa sucia o sus manos sangrientas”.
¡Es muy buena! Nadie sale ileso, ni en una sola pieza. Creo que es algo difícil de entender para muchas personas. Para mí fue complejo porque crecí pensando: “Si soy buena y si trato de hacer las cosas bien, quizá puedo ser la campeona”, y resulta que no puedo.
Es interesante pensar en I Did Something Bad en este contexto.
Es interesante que menciones eso porque es algo con lo que me tuve que reconciliar en los últimos años. Esa clase de complejo de “ser buena”. Desde que era pequeña yo intentaba ser una buena persona, siempre amable. Me esforzaba muchísimo. Pero muchas veces te pasan por encima. ¿Y cómo respondes a eso? No puedes permitir eso. I Did Something Bad trata de hacer algo que iba muy en contra de lo que yo solía hacer. Con Katy [Perry] estábamos hablando de nuestros signos zodiacales… [Risas]. Desde luego que sí.
Esa es la mejor frase de la historia.
[Risas] Te odio. Estábamos hablando de nuestros signos porque tuvimos una larga charla en la que nos reconectamos. Y me acuerdo que ella dijo: “Si tomáramos una copa de vino blanco, estaríamos llorando”. Porque estábamos tomando té. Hemos tenido unas conversaciones muy buenas.
Estábamos hablando de cómo hemos tenido malentendidos con gente en el pasado, no específicamente entre nosotras. Ella dijo: “Soy Escorpio. Atacamos cuando nos sentimos amenazados”. Y le respondí: “Yo soy Sagitario y nosotros nos alejamos, evaluamos la situación, procesamos cómo nos sentimos, luego tomamos el arco, la flecha y disparamos”. Entonces son formas completamente distintas de procesar el dolor, la confusión, los malentendidos. Muchas veces tardo en sentir que algo me hirió y luego en decir que me duele. ¿Sabes a qué me refiero? Por eso puedo entender a la gente en mi vida que piensa: “Wow, no sabía que te sentías así”. Porque me toma tiempo.
Si ves el video de los VMA de 2009, yo estaba congelada. Me quedé ahí quieta. Y así es como manejo la incomodidad y el dolor. Me quedo congelada. Y cinco minutos después, sé cómo me siento. Pero en el momento, probablemente estoy exagerando cuando debería ser amable. Después lo proceso, y a los cinco minutos, si ya pasó, entonces pienso: “Estaba exagerando, todo está bien. Puedo superarlo. Me alegro de no haber dicho nada cruel en el momento”. Pero cuando algo realmente malo sucede, y me siento herida o enojada, solo me doy cuenta después de los hechos. Probablemente no es lo que pienso que es. Es algo en lo que tuve que trabajar.
Podrías terminar torturándote.
Por supuesto. Porque hubo muchas situaciones en las que, si yo hubiera dicho lo primero que se me venía a la mente, la gente hubiera reaccionado sorprendida. Y quizá yo habría sonado mal o agresiva. Así que, hace un par de años atrás, comencé a trabajar en responder a mis emociones de manera más rápida. Y me ha ayudado con muchas otras cosas. Me ha ayudado muchísimo porque a veces uno termina discutiendo. Pero el conflicto en el momento es mejor que un combate después.
Bueno, gracias.
Realmente siento que hice una sesión de terapia. Y como alguien que jamás ha ido a terapia, con sinceridad digo que esta fue la mejor sesión de terapia.
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