Veinte años sin Kurt Cobain

El día 5 de abril, se cumplieron dos décadas del suicidio del líder de Nirvana.

La generación del amor encontró sus propios mártires en John Lennon, Janis Joplin y Jimi Hendrix; el punk tuvo a Sid Vicious; y el grunge y, por ende, los noventa, a Kurt Cobain. Ídolo de masas por imperativo y artista de personalidad inestable, el día 5 de Abril de 1994 decidió poner punto y final a su vida con un último y definitivo chute de heroína de máxima pureza y, por si eso fallaba, apretando el gatillo de la escopeta cuyo frío cañón sería lo último que sus dientes apretaran.

Tres días después, su cuerpo era encontrado por un electricista cuya visita se había programado la semana anterior y que, al no ser recibido por nadie, decidió fisgonear por la ventana de la casa del jardín de la destartalada mansión propiedad del artista y su familia. Allí estaba el cadáver, tumbado boca arriba, con la escopeta aún atenazada por su mano izquierda, el cráneo reventado por su parte trasera y la cara, sorprendentemente, intacta. A su lado, clavada con un bolígrafo a una jardinera, una carta de despedida manuscrita que automáticamente se identificó como una nota de suicidio, pero que para los amantes de las conspiraciones, aquellos que creen que la muerte del ídolo no fue voluntaria, vaticinaba únicamente su abandono del negocio de la música.

En cualquier caso, el trágico final de su vida supuso el comienzo de la leyenda y la mitología inherente a toda muerte prematura de artistas en la cima de sus carreras. Un nombre más a añadir a la absurda lista del ‘Club de los 27’, poblada de músicos artísticamente trascendentales pero incapaces de lidiar con la realidad que existe más allá de los focos, la inspiración pasajera y las luces de neón.

Hoy, por tanto, se cumplen veinte años de aquel día en el que, a las once de la mañana, mientras probablemente decenas de miles de personas escuchaban alguna canción de Nirvana, nadie oyó el disparo que acabó con la vida de su líder. Ahora tendría cuarenta y siete años.

Para recordar aquel triste acontecimiento, distintos personajes del mundo de la cultura y los medios de comunicación rememoran el impacto de aquella noticia que sacudió el mundo del rock y de toda una generación que había abierto los ojos a otras formas de entender la música y el arte gracias a la obra y la influencia de aquel rebelde indómito y atormentado llamado Kurt Donald Cobain.