Fuente: Rolling Stone
Un gran momento de una nueva reedición de vinilo de los grandes surrealistas de guitarra de los noventa.
Ha sido una semana excepcional para el indie-rock de Carolina del Norte. Primero, el 20 de febrero, los Archers of Loaf, una de las mejores bandas de los noventa en cualquier género, lanzaron su primera canción nueva en 22 años, "Raleigh Days". Es una evocación amorosa de su escena local en su apogeo, establecida en el tipo de clamor de guitarra dulce y abrasador que los Arqueros siempre hicieron tan bien. Bienvenido de nuevo, Loaf.
Unos días más tarde, dos excelentes artefactos de la época pasada sobre la que cantan los arqueros obtuvieron nuevas reediciones en vinilo: 'Cor-Crane Secret' de 1992 y 'Today’s Active Lifestyles' de 1993, ambos de los grandes surrealistas de guitarra de Chapel Hill, Polvo. Incluso en comparación con sus compañeros de rock matemático como Slint o Rodan, estos muchachos fueron especialmente creativos en su búsqueda de la epifanía opaca, llenando sus álbumes con música que era emocionantemente amplia, más cambiante que los bordes afilados, y se negaron a mantenerse enfocados incluso cuando la banda estaba rockeando. Las reediciones se ven fantásticas (el vinilo swirly multicolor es una metáfora visual perfecta para el sonido de la banda), y suenan muy bien.
A medida que las bandas a las que no les importaba la forma normal de las canciones, Polvo hacía que Seam pareciera Superchunk. Pero eso no significaba que no pudieran deambular por una melodiosa canción de vez en cuando. Con "Channel Changer", de 'Cor-Crane Secret'. Es una canción de amor, aunque extraña. El cantante y guitarrista Ash Bowie murmura acerca de querer que te quedes con él en su casa tan mal que incluso irá a sacar el cambiador de canales del estéreo y lo recogerá y presentará tu programa favorito: "Prometo verlo si lo haces promete no ir ", canta, sonando a la vez soñador y necesitado mientras la música se desliza y resuena y retuerce y las guitarras zumban distraídamente como mosquitos apedreados. Lo que surge es una versión vaga pero muy vívida de la ambigüedad de la relación que se siente extraña y verdadera al mismo tiempo, que encarna el mundo de una banda cuyas canciones siempre parecían ir y venir al mismo tiempo, deslizarse en algo y salir de otra cosa. (como cantaban los Feelies), haciendo que la indecisión se sienta idealista.
Polvo terminó a finales de los años noventa, pero volvieron a estar juntos para el excelente y algo más pesado 'In Prism' de 2009 y 'Siberia' de 2013, discos que sacaron a relucir un lánguido choogle del sur que siempre tocaba bajo la superficie cambiante de su sonido. Estas nuevas reediciones son una gran excusa para regresar y navegar por su catálogo completo.
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