Fuente: Rolling Stone
El guitarrista de Queen confesó que estuvo “cerca de morir”.
Brian May reveló que está “muy agradecido” después de recuperarse de un “pequeño paro cardiaco” que lo dejo “cerca de morir”. Y eso es solo una parte de las complicaciones médicas del guitarrista de Queen, que hace poco fue hospitalizado después de desgarrarse un glúteo mayor en un “extraño accidente de jardinería”.
Después quedó con un dolor que los médicos no entendían. “Ahora, una semana después, sigo en agonía. Y es en serio. Quería morirme. No podía creer ese dolor”. Tras una resonancia en la parte baja de su columna, descubrieron que había un nervio esquiático comprimido. “Por eso me dolía de esa forma. Alguien había puesto un destornillador en mi espalda”.
Una vez solucionado este asunto, May finalmente se recuperó “de este horrible dolor, que destruye tu mente”. Pero sus problemas todavía no se detenían.
“En medio de todo el dolor de espalda tuve un pequeño paro cardiaco. Digo ‘pequeño’ porque no es que me hiciera daño. Fueron 40 minutos de dolor en el pecho, sentía que me lo apretaban, y esa sensación en los brazos. Y el sudor”.
En el hospital los doctores le dijeron que tenía tres arterias obstruidas. Se negó a una operación a corazón abierto, así que le pusieron tres stents. “Estoy muy agradecido de poder mantener la vida que llevaba”, dijo May. “Estuve cerca de morir, pero el dolor era por otra cosa. Estoy bien, estoy acá y listo para rockear”.
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