Fuente: Rolling Stone
Revisamos el repertorio de la cima comercial de Bruce Springsteen, en el 30º aniversario de su publicación.
Born in the U.S.A. llegó a las tiendas el 4 de junio de 1984. Después arrasó, convirtiendo a Bruce Springsteen en una estrella de alcance global. Los registros oficiales siguen reportando estratosféricas cifras de venta –más de 30 millones de copias despachadas desde entonces– y pocos discuten la valía de un repertorio que sigue obteniendo cuota de pantalla en los extenuantes conciertos del norteamericano.
La gestación de esta obra capital fue larga y tortuosa. Obligó a Springsteen a discutir ciertos objetivos artísticos, le llevó a replantear el método de trabajo asumido tras la gratificante experiencia lo-fi de Nebraska (1982) y le empujó lejos de su zona de confort. Incluso la fidelísima E Street Band parecía querer subírsele a las barbas. Steven Van Zandt abandonó el barco para establecerse por cuenta propia y algunos de sus compañeros pidieron cuentas a un jefe que parecía debatirse entre el ni contigo ni sin ti.
Estaba decidido. Born in the U.S.A. sería un disco de rock. Y sería para todos los públicos. Carnaza fresca para alimentar la voraz maquinaria de las emisoras convencionales y la emergente MTV. Ni grabaciones caseras de bajo presupuesto ni historias de asesinos en serie ni clips abstractos rodados en blanco y negro. Un disco de rock. Con sus 24 pistas, su sonidaco, sus flamígeros solos de guitarra y sus estribillos pletóricos. Se abordarían asuntos poco complacientes, claro que sí, pero la puerta de la esperanza siempre quedaría abierta o, en el peor de los casos, entornada. Doce canciones, doce sencillos; esa era la idea. Aunque cueste creerlo, Springsteen y su equipo estuvieron muy cerca de materializarla.
1. "Born in The U.S.A." La herida de Vietnam no cauteriza. Muchos de los veteranos que vivieron para contarlo suman un extra de alienación a sus secuelas físicas y psíquicas, porque la guerra solo expende billetes de ida. El primer mandato de Ronald Reagan toca su fin, la carrera electoral acaba de comenzar y los candidatos intentan arrimar el ascua patriotera a su roñosa sardina. La batería saturadísima de reverb, la efusiva línea melódica y el rugiente estribillo se antojan idóneos para subrayar proclamas de ciego nacionalismo, pero la intención es otra. Reagan gana en 49 estados. Walter Mondale solo en el suyo.
2. "Cover Me" La segunda canción del lote también fue el segundo single extraído del mismo. Springsteen ni se planteaba incluirla en el álbum. De hecho, la había escrito pensando en Donna Summer, a quien terminaría cediendo Protection. Pero Jon Landau, su mano derecha, insistió. Ahí había un hit y tenían que aprovecharlo. No se equivocaba. Estos tres minutos y medio de pop canónico treparon hasta el puesto 7 de la lista Billboard.
3. "Darlington County" Un estribillo melismático, tontorrón, puede contar mil cosas. En un momento dado, te lo puede contar todo. Por ejemplo: La historia de dos colegas que conducen lejos de la ciudad en busca de aventuras, chicas o lo que se tercie y terminan espatarrados sobre el capó de un coche patrulla. El riff de apertura, la cascada pianística previa al estribillo, el solo de Big Man Clemons… todo en ella es pura vida.
4. "Working on The Highway" Pimpante y contagiosa, corrobora la habilidad de Springsteen para jugar al despiste. El trabajo como esforzado camino hacia una vida mejor y también, en algunos casos, como condena. El esquematismo rítmico y la monotonía de los arreglos no son casuales. A cada jornada en el tajo le sucede otra exactamente igual.
5. "Downbound Train" Incluso los detractores más recalcitrantes deben rendirse a la evidencia. Hay que tener un talento descomunal para componer algo así. El fuego amigo de la apoteosis neocon no deja de cobrarse víctimas. Primero pierdes el curro; después, todo lo demás. Incluso los síntomas de mejoría son un espejismo y confirman la cronificación de tu derrota: Ahora trabajas arreglando la vía por la que ella se marchó. Magistral.
6. "I’m On Fire" Otra de contrastes. Delicada miniatura de espíritu rocker ilustrando, con inesperada contención, la historia de una calentura pendiente de resolver. El clip, dirigido por John Sayles, introduce otro asunto recurrente en la obra de Bruce: la lucha de clases. Cuarto sencillo extraído partiendo la pana –nunca mejor dicho– en el Top 10 estadounidense.
7. "No Surrender" John Kerry –el candidato demócrata a la Casa Blanca en 2004– la escogió como estandarte sónico de su campaña rendido, quizá, al invencible romanticismo que destila. Aborda uno de los grandes temas del álbum –la amistad puesta a prueba por el paso del tiempo– y contiene versos como estos: “Aprendimos más de una canción de tres minutos que de todo lo que nos enseñaron en el cole”. Imposible no venirse arriba.
8. "Bobby Jean" La figura de Steven Van Zandt –el lugarteniente creativo de Springsteen en la E Street Band– sobrevuela esta pieza cardinal. Apenas cuatro minutos para sintetizar el espíritu de un colectivo artístico impar que, en aquellos momentos, atravesaba una de sus peores crisis. Otro canto a la amistad y sus esencias ante el que solo cabe descubrirse.
9. "I’m Goin’ Down" Born in The U.S.A. estuvo un año y medio produciendo sencillos. Este fue el sexto en salir, aunque se había grabado en 1982, durante la primera tanda de sesiones del disco. Demasiado previsible para algunos, conjuga texto acre sobre las relaciones de pareja y música sonriente, con volcánico solo de Clemons incluido. También se hizo hueco entre las diez primeras de Billboard.
10. "Glory Days" Otro sencillo directo a lo tope de lo tope. Otro despliegue instrumental de categoría, con riffs acorazados, piano honky e incluso mandolina. Otra historia sin ganadores coronada por un estribillo de engañosa euforia.
11. "Dancing in The Dark" Jon Landau, el astuto manager de Bruce, todavía echaba en falta un sencillo “claro” cuando el de New Jersey dio por cerrado el repertorio del álbum. Tuvieron una buena pelotera, porque Springsteen dijo que él pasaba, aunque luego recapacitó y compuso esta canción, que terminaría acariciando la cima de las listas. Del clip, dirigido por Brian de Palma, solo cabe rescatar a la coprotagonista: Courteney Cox.
12. "My Hometown" Springsteen creció en Freehold, un pequeño suburbio cercano a la Costa de Jersey acuciado durante los años sesenta por las reconversiones industriales y el desempleo. Un sitio, así reza la letra, “al que ya nadie quiere venir”. Bruce hace memoria y describe la vida en el barrio, firmando otra canción memorable, idónea para cerrar un álbum que no lo es menos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario