domingo, 17 de mayo de 2015

Cinco musas inesperadas del rock

Después de dos décadas de misterio, se develó la historia de la chica que inspiró "Common People" de Pulp, excusa ideal para rastrear otras similares

Fuente: Rolling Stone


"Common People". El hit que le permitió a Pulp el salto a la masividad en 1995 estaba basado en una historia real: En los 80, cuando estudiaba cine, Jarvis Cocker conoció a una joven griega de una familia acaudalada, que se moría por vivir como la "gente real" de los barrios bajos de Sheffield. El cantante nunca pudo identificar a la chica en cuestión (hasta hubo un documental fallido de la BBC hace unos años), hasta que la semana pasada, los medios europeos develaron el misterio. La protagonista de esta historia es Danae Stratou, hoy en día casada con Yanis Varufakis, el excéntrico ministro de finanzas griego.




"Layla". George Harrison conoció a Pattie Boyd en el set de filmación de A Hard Day's Night y le dedicó varias de sus canciones más conocidas dentro del repertorio beatle. Años más tarde, su amigo Eric Clapton se enamoró de ella y, con poco disimulo, se inspiró en un antiguo cuento persa para convencer a Boyd de que dejase a su marido y se fuese con él, lo que finalmente ocurrió. Al principio, Harrison no tomó bien la decisión de su ex mujer, pero al final la amistad prevaleció por sobre todas las cosas entre ambos guitarristas.




"No Distance Left to Run". Si bien casi todas las letras del sexto disco de Blur tienen un tono confesional, el último corte de 13 es un desgarro a corazón abierto con nombre y apellido. Damon Albarn utilizó a la canción como una despedida sincera a Justine Frichmann, líder de Elastica, con quien estuvo en pareja por siete años. Lejos del rencor, el vocalista se despacha con frases ("Se terminó, no tienes que decírmelo. Espero que encuentres a alguien que te haga sentir a salvo mientras duermes") que invitan a firmar el armisticio para poder dar vuelta la página y seguir adelante.




"Everybody's Got Something to Hide Except Me and My Monkey". A lo largo de doce años de relación, John Lennon le compuso infinidad de canciones a Yoko Ono, pero esta se destaca por ser la primera. A pesar de que sus compañeros de banda pensaban que se trataba de una oda a la heroína, este tema del disco homónimo de The Beatles está dirigido a su musa japonesa. Según el propio Lennon, era su manera de decir que, mientras todos estaban tensos y nerviosos por su relación, ellos dos transitaban el asunto con tranquilidad y paz interior.




"I'll Be Your Mirror". Lou Reed conoció a Nico después de un show de Velvet Underground, quien le declaró incondicionalidad al cantante con la frase "Seré tu espejo". Al año siguiente, cuando el grupo se dispuso a grabar su álbum debut, Andy Warhol convenció a la banda de incorporar a su formación a la modelo alemana para ganar notoriedad. De las tres canciones que cantó en el disco, "I'll Be Your Mirror" es la única que está dedicada a ella. Disconformes con su performance vocal, los miembros de Velvet Underground la hicieron repetir varias tomas hasta que, al borde de las lágrimas, dio con la versión definitiva. Tanto les gustó su interpretación que, después de que abandonó el grupo, siguieron tocando la canción en vivo, imitando su pronunciación, acentuada y tosca.

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