domingo, 9 de junio de 2019

Billie Eilish: Adolescente del año

Fuente: Rolling Stone

¿Cómo logró una niña de 17 años hacer un disco que reescribe las reglas del estrellato?

<p>Billie Eilish en Coachella 2019. <i>Christopher Polk/REX/Shutterstock</i></p>

Hay una parte en el video de Bad Guy de Billie Eilish que resume todo lo que la hace la gran estrella pop del momento. Llega a un bar y le piden la cédula, lo cual son malas noticias porque, como todo el mundo sabe, tiene 17 años. El guardia de la entrada extiende su brazo y la cantante le pone el aparato para arreglar sus dientes en la palma de la mano. Una cosa es escucharla hacer esto, pero verla es otro cuento. Es increíblemente asqueroso. Y eso que la gente estaba preocupada porque los artistas no encontraban formas de sorprender al público.

Eilish es más que la adolescente del año. Es apenas la primera estrella de la próxima generación de mentes maestras de pop, y está reescribiendo las reglas de cómo se mueve el estrellato. Es una rebelde que ya superó los campos de composiciones y los superproductores. Ella crea sus propias canciones con su hermano. Canta sobre el asesinato, la sangre y el gore, susurrando pesadillas electrónicas. Cuatro años después de que saliera de la nada con Ocean Eyes, un éxito en SoundCloud, tomó por sorpresa a toda la industria musical con su debut, When We All Fall Asleep, Where Do We Go? Lo que la convierte en una gran artista pop es que es demasiado ambiciosa como para detenerse. Quiere comerse el mundo ahora mismo.

Es la primera artista que escribe éxitos y que nació en este siglo. Tiene la misma edad del iPod, lo cual explicaría por qué se mueve de un estilo musical a otro sin problemas. En su música se encuentra gangsta rap, emo, grunge, baladas goth y todo el noise que la mantiene despierta. Escribió su primera canción cuando tenía 11 años, un fan fiction de Walking Dead. La sensación de terror de su música parece ser la forma con la que una joven lucha por crecer a su propio estilo. Lo puedes escuchar cuando dice “No soy tu bebé” o en el título de su EP de 2017, Don’t Smile at Me [No me sonrías]. Cuando canta You Should See Me in a Crown [Deberías verme con una corona] está gritando que no va a esperar a que nadie la corone.

A Eilish le encanta decir que se inspiró en raperos como Tyler, the Creator. “Soy un invento de Childish Gambino”, comentó alguna vez. Parece que las estrellas adolescentes están obligadas a hablar de su fanatismo por el hip hop, una tradición que viene desde que New Kids on the Block se refirió a Public Enemy. Pero Eilish va más allá, estudia cómo trabajan sin aparecer en el radar y adapta el ritmo de trabajo de un mixtape a sus composiciones. No quiso hacer un hit radial, que es lo que las estrellas emergentes, en teoría, deberían hacer. En cambio, es una artista de todo un disco, en una época en la que los expertos aseguran que los álbumes son obsoletos.

Una parte fundamental del misticismo que tiene es la conexión creativa con su hermano mayor, Finneas, quien coescribió y produjo la música en su propio cuarto. Ambos fueron criados en casa por su padres hollywoodenses (su papá una vez interpretó a un barman en The West Wing y Finneas hizo parte de Glee en los últimos días de la serie). Cuando supe que habían estudiado en su hogar, sonreí y pensé en Hanson, los hermanos de Oklahoma que estallaron con MMMBop el verano que Finneas nació. “Fueron criados religiosamente en casa en Oklahoma, pero no importa”, le contó a The New York Times. “Está claro que los habían dejado hacer lo que les interesaba”.

Una estrella adolescente tiene que enfadar a sus padres, pero Eilish es una muestra sorpresiva de un gusto intergeneracional. Tiene mucho de la energía de una mamá de la Generación X. Para el público más grande, evoca la misma angustia que tenía Alanis Morissette, Courtney Love y PJ Harvey. Tengo dos amigos que tuvieron la misma situación al escuchar Bad Guy (sus hijos les preguntaron qué significa “seducir”). Pero eso es lo que pasa cuando un artista pasa las fronteras, y esa es la clase de estrella que ella ha decidido ser. “Mis hijas están obsesionadas con Billie Eilish”, dijo un papá de la Generación X. “Con ella está pasando lo mismo que sucedió con Nirvana en 1991”. El tipo que dijo esto es Dave Grohl.

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