Mick Jagger, Keith Richards y Ronnie Wood hablan sobre su más reciente gira, el Zip Code Tour.
Fuente: Rolling Stone
“¡Gracias, san diego, estuvieron geniales!”, gritó Mick Jagger desde el escenario del Petco Park el pasado 24 de mayo.
The Rolling Stones daba fin a la primera de 15 fechas de la gira Zip Code, entregándolo todo durante más de dos horas de rock & roll, desde el estridente inicio con “Jumpin’ Jack Flash” hasta el encore, durante el cual interpretaron “You Can’t Always Get What You Want” (en colaboración con un coro californiano) y “Satisfaction”, además de interpretar un puñado de rarezas y cortes menos conocidos.
“Estaba disfrutándolo”, dice Jagger un par de días después. “Hubiera sido difícil fingirlo”. Keith Richards concuerda: “Por lo regular, durante los primeros dos o tres conciertos, la banda se siente un poco fuera de lugar”, afirma. “Algunas veces es así. Pero en esta ocasión, sonó genial desde el inicio”.
Cuatro noches antes del concierto en San Diego, los Stones se enfrentaron una prueba distinta: Tocar durante una presentación de último minuto en el Fonda Theatre de Los Ángeles –con capacidad de 1,200 personas– todas las canciones incluidas en Sticky Fingers, disco de 1971, mismas que no habían retomado durante una década o más.
“Todos estábamos alucinados porque lo logramos”, cuenta Ronnie Wood. Los boletos para el show en Los Ángeles, los cuales se pusieron a la venta el mismo día en 10 dólares, se agotaron en unos cuantos minutos; cuando los fans llegaron al recinto, el dinero les fue reembolsado.
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