miércoles, 27 de febrero de 2013

Crítica: Atoms for Peace, 'Amok'


Lanzamiento: 25-Feb-2013
Género: Rock
País: EEUU
Discografía: XL Recording/Popstock

EL MITO QUE NO CESA. THOM YORKE CONTINÚA DEFORMANDO EL POP, ESTA VEZ CON EL APOYO DE FLEA DE RHCP.
POR BEATRIZ G. ARANDA

Ahora que parece que de cada nuevo álbum de Radiohead lo de menos es la canción y lo de más debatir sobre el negocio del arte; ahora que Thom Yorke juega a la meta-desfiguración de un rostro, el suyo (ver número de Febrero de Dazed & Confused), en un ejercicio rápido y paralizante como la anestesia de desmitificar al personaje; ahora, más que nunca, el debut del grupo que lidera junto a Flea de Red Hot Chili Peppers y el productor-gurú de la pasada década Nigel Godrich, se convierte en un artefacto necesario. Porque más dentro aún, en los ritmos mutantes y entre los discos de Neu!, hay un estrecho camino surcado por estructuras adictivas y melodías precisas: un engaño de todo lo bello. Como cuando parece que lo que suena es el mar pero es el tráfico, o como cuando al segundo 45 de arrancar este disco y parece que la voz de Yorke va a fabricar la paz, entra un bajo esquizoide y luego el ruido y la provocación. La pista ya estaba en la colaboración de Yorke con Burial (el dubstep y el garage como hits) y Four Tet (el ambient aplicado a las melodías). Amok, el disco, no hace pie y eso da seguridad. Es meter los dedos en el pop, estirarlo, las cuencas al descubierto: privarle de atributos, evolucionar. Default se agarra al hip-hop y para Stuck together pieces toman préstamos del free-jazz. Apropiarse del techno para comunicar el vacío burgués tiene sentido (algo parecido hace Damon Albarn con lo étnico). Dropped empuja las atmósferas ochenteras de Chromatics y la frialdad del Idioteque un paso más: Scott Walker hacía golpear trozos de carne; Yorke, máquinas y metales. En cada escucha se perciben los patrones no lineales –ese Godrich–: cambios para ganar velocidad, para vencer. Y no porque lo que cuente no se sepa, sino porque es él, Thom Yorke, quien lo propone. El mito sigue ahí, para rabia suya.

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