miércoles, 27 de marzo de 2013

Recuerdos melancólicos e infinitamente tristes de Billy Corgan

El cantante de Smashing Pumpkins, que actualmente trabaja en el próximo disco de la banda, habla con la revista ROLLING STONE sobre 'Mellon Collie and The Infinite Sadness', el último álbum de la formación clásica del grupo, ahora reeditado.


En las tinieblas
“Me sorprende que un disco tan oscuro tuviera tanto éxito. La gente siempre decía: ‘Ah, es muy oscuro’. Y yo pensaba: ‘Para mí no lo es’. Pero ahora lo escucho y reconozco que tiene una sonoridad y unos temas bastante oscuros. Canciones como X.Y.U. y Tales of a Scorched Earth lo son. La producción es bastante dura en muchos puntos. Por ejemplo, escuchas Cherub Rock, que tiene muchas capas y matices, y luego pasas a algo como X.Y.U., que es la banda tocando en directo en el estudio y resultan ser contrastes muy diferentes. Ahora me sorprende que en ese momento quisiéramos ir de un extremo a otro en un período de tiempo tan corto”.

El fin de una era
“Si hablas con alguien que se haya casado te dirá: ‘No sabía lo que era el matrimonio hasta que me casé’. Y si hablas con alguien que ha perdido a su padre o a su madre te dirá: ‘No sabía lo que era perder a un padre hasta que perdí al mío’. Entonces, cuando estás en una banda y llevas juntos mucho tiempo y a esa velocidad, no te puedes imaginar lo que supone desintegrarse hasta que ocurre. Cuando dejó el grupo Jimmy [Chamberlain, batería, expulsado durante la gira de Melon Collie por su adicción a la heroína tras una sobredosis] no acabábamos de entender la repercusión que iba a tener en nuestra forma de trabajar unos con otros, cómo iba a afectar a nuestro directo. Me parece bastante obvio que nos íbamos a dar con un iceberg; las señales de peligro estaban ahí. Es bonito que pudiéramos hacer algo tan grande como esta especie de testamento final de la solvencia de aquella formación. Pero eso fue todo”.

Los 90 fueron diferentes
“Cuando hicimos Mellon Collie, pensábamos: ‘Tenemos que sonar en la radio. Tenemos que salir en la MTV’. Pero no afectó a nuestra filosofía como para comprometerla. La producción de Bullet with Butterfly Wings es tan oscura que no me puedo creer que fuera un éxito, de verdad. Parecía que lo habíamos pulido, pero fuimos a por ello, igual que hizo Mötley Crüe en los 80. No lo evitamos. Creo que eso ha cambiado. Puede que una vez que los músicos se dan cuenta de que no pueden llegar al mainstream con cosas demasiado vanguardistas, piensan: ‘Que le den’. Tuvimos suerte de poder hacer algo tan oscuro y salirnos con la nuestra. Ahora no creo que pudieras presentarle Bullet with Butterfly Wings a una discográfica y te dijeran: ‘Genial, vamos a mandarlo a la radio’. Pensarían que es demasiado raro, y querrían que lo pulieras y lo sobreprodujeras. Te puedes imaginar cómo sonaría esa canción si la grabáramos ahora. Le pondrían un DJ o algo así, supongo”.

Peligro de inundación
“Cuando escucho discos viejos, vuelvo a lo que se sentía al hacer ese disco, quién estaba ahí y qué aspecto tenía la habitación. Es un recuerdo muy sensorial. [El co-productor del álbum] Flood quería grabar Mellon Collie en Pumpkinland, nuestro estudio, lo cual nos sorprendió. Le gustaba cómo tocábamos ahí y pensó que estaríamos más cómodos. Estábamos trabajando y, de repente, reventó una tubería. Empezó a salir una gran cantidad de agua, inundando todo el piso. Tratamos de llevar todo el equipo a un rincón donde no había llegado el agua. Nos reíamos porque resultaba muy absurdo, pero mientras tanto no hacía más que salir agua de la tubería y no sabíamos cuando iba a parar. Al escuchar el disco recuerdas estas anécdotas”.

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