viernes, 5 de julio de 2013

Yo trunqué una carrera al estrellato

Mánagers manipuladores, contratos leoninos, egos insoportables... Este es un repaso a personajes oscuros, decisiones erróneas y malas intenciones que acabaron con grupos talentosos. O que casi lo consiguen. 
Por Ivar Muñoz-Rojas
Revista Rolling Stone


“Hay un largo camino a la cima si quieres hacer rock and roll”, inmortalizaron AC/DC en It's a Long Way to The Top (if you wanna rock 'n' roll). Maticemos: además de largo, está lleno de obstáculos. En el negocio de la música hay managers manipuladores, líderes de bandas insoportables y sellos discográficos exprimidores. Éste es un repaso a personajes oscuros, decisiones erróneas y malas intenciones que cambiaron la historia del rock. Pero no para bien.

The Brian Jonestown Massacre: El líder alocado 
El líder carismático pero de trato imposible es muy común en el rock. Aunque hay pocos casos tan paradigmáticos, y menos conocidos, como Anton Newcombe, cantante de The Brian Jonestown Massacre, grupo fetiche del rock independiente americano a mediados de los 90. Cuando una discográfica de renombre (Elektra) decidió apostar por sus canciones sesenteras, su cantante lo fastidió todo, en una actuación para la compañía. Anton insultó a sus compañeros, tocó intencionadamente mal y la cosa acabó a puñetazos, y con la jefaza de la discográfica horrorizada. Así es: El miedo al éxito también acorrala a potenciales estrellas del rock.
Con un buen psicólogo... Sin las idas de olla de Newcombe, es probable que este año hubiéramos pagado ciento y pico euros por ver la reunión de The Brian Jonestown Massacre en Primavera Sound, en un único concierto en Europa y repasando su inspirado álbum Take it From The Man! Seguro.


New York Dolls: El manager manipulador
La idea no podía ser más descabellada: Vestir a la banda más callejera y viciosa del rock americano de los 70 con indumentaria comunista. ¡En EE UU! Lo hizo el provocador Malcolm McLaren con los New York Dolls, cuando estos macarras estaban en las últimas. La jugada terminó de matar al grupo, que estaba en un redil de adicciones y relaciones envenenadas. A este polémico mánager le importaba poco lo humano en las bandas que manipuló, como volvió a demostrar a los pocos años con los Sex Pistols, con quienes sus juegos provocadores sí dieron beneficios.
De no estar McLaren... Steve Jones, de los Sex Pistols, no hubiese tenido la guitarra Gibson Les Paul color crema con la que se hizo popular y que antes fue de los New York Dolls. El punk sonaría distinto, vaya. 


Iron Maiden: El sustituto equivocado
No truncó la carrera de la gran banda británica de heavy pero casi. No pocos se preguntaron por qué, de todos los cantantes que hubiesen dado un pulmón por ello, Blaze Bayley entró en Iron Maiden tras la marcha de Bruce Dickinson, su vocalista clásico. Este sustituto no llegaba a las notas altas de sus himnos (requisito indispensable), sudaba demasiado en directo (¿hiperhidrosis?) y además era de trato complicado, motivo por el que fue botado tras poco más de un lustro en la banda. Todo quedó en un par de discos muy malos.
Nunca lo superó... Tras ser largado, Blaze Bayley fue visto cantando temas de Iron Maiden en un karaoke, en un festival de heavy en Alemania. Digno de ver.


Eddie and the Hot Rods: La portada gafe
Era verano de 1977, el punk explotaba y Eddie and the Hot Rods publicaron su exitoso sencillo Do Anything You Wanna Do. Entró en el top ten británico y podría haber subido a esta banda de pub rock (antecedente del punk rock) a la fiebre de los imperdibles. Podría… La discográfica redujo su nombre a Rods en su portada para acercarlo a la estética de este movimiento, pero quedaba viejuno para los jovenzuelos con pelos de colores y los fans de siempre no lo asociaron al grupo. También fue un desacierto poner al célebre mago Aleister Crowley con orejas de Mickey Mouse: Tras este momentáneo éxito, a la banda todo le fue mal (heroína, problemas de dinero...). Sus miembros aseguran que se debió a un maleficio del mismísimo Jimmy Page, de Led Zeppelin, admirador de este ocultista.
Sin el dichoso mal de ojo...: Posiblemente Eddie and the Hot Rods contaría con un espacio mayor que tres líneas en las enciclopedias de rock. Incluso puede que tuviese una entrada propia en la Wikipedia.


Hanoi Rocks: La peligrosa carretera
Paradójico: El grupo al que más copiaron los rockeros de Los Ángeles en los últimos 80 venía de la fría Finlandia. Hanoi Rocks aterrizaron a mediados de esta década en la ciudad californiana para abrirse paso con su rock duro y punkarra pero un fatal accidente de tráfico acabó con ellos. Estando de juerga con Mötley Crüe, los reyes del desfase en esta ciudad, se acabó la cerveza y el cantante de los angelinos, Vince Neil, y el batería de los fineses, Razzle, se fueron a por más. El primero estampó el coche y el segundo nunca volvió a la fiesta. Su chocante muerte mermó los ánimos de la banda y, tras meses de fricciones, dijo adiós. Hanoi Rocks enseguida se convirtieron en rockeros de culto.
De no ir borracho Vince… El último gran grupo de rock excesivo sería finés y no estaría liderado por un bipolar llamado Axl RoseGuns N' Roses copiaron hasta los fulares de Hanoi Rocks.


John Fogerty: El contrato leonino
Ningún nombre despierta tanto odio en John Fogerty como Saul Zaentz, el capo de la discográfica Fantasy Records con quien firmó un contrato leonino al frente de Creedence Clearwater Revival. Tras separarse el grupo con el que se hizo famoso por sus sencillas y desgarradas canciones se vio obligado a ceder los derechos de sus éxitos a esta compañía, para cumplir con requisitos contractuales. Tan desgastado acabó John de los encontronazos legales posteriores que hasta apagaba la radio cuando sonaban sus clásicos. Aunque el drama tiene final feliz: Fogerty acaba de publicar nuevo álbum, Wrote a Song For Everyone, donde repasa el cancionero de CCR junto a Foo Fighters, My Morning Jacket y Kid Rock.
De haber leído la letra pequeña... Fogerty nunca hubiera compuesto Zanz Kant Danz, canción de su etapa en solitario inspirada en su antiguo jefe, en la que le compara con un cerdo que no sabe bailar pero sí pedir dinero. La demanda llegó rápido y tuvo que cambiar Zanz por Vanz, por evitar sospechosos parecidos con su enemigo Saul Zaentz.


Pentagram: Demasiado indisciplinados
La falta de disciplina truncó cualquier oportunidad de dar a conocer sus guitarras oscuras, pioneras a principios de los 70. Pentagram hasta hizo una audición con miembros de Kiss, interesados en producirlos, pero el batería y el bajista llegaron tarde y oliendo a excrementos por sus trabajos como limpiadores de baños. No hubo contrato. La poderosa Columbia Records le tiró los trastos pero el cantante llamó capullo al productor a pocas horas de entrar en el estudio. Se evaporó el contrato. Y la pasada década Phil Anselmo, el otrora cantante de Pantera, quiso apadrinar un regreso por lo alto pero la cambiante formación no cumplió los plazos...Y, cómo no, el contrato se fue al garete. Una vez más.
Con algo de disciplina... Los enteradillos hablarían ahora de Black Sabbath como una oscura banda de los 70 que no tuvo lo merecido, mientras celebraríamos el regreso de Pentagram con su primer disco con la formación original en tropecientos años.


Little Richard: Cuando es Dios quien pone fin
Dios también puede dar por zanjada la carrera de un músico. O eso pensó Little Richard cuando abandonó la cima del rock and roll, en los 50: Durante un concierto en Sydney (Australia) pasó por el cielo un inmenso haz de luz que interpretó como una señal inequívoca de que debía cambiar su rock salvaje por el silencioso estudio de la Biblia (la bola luminosa y roja que vio era el Sputnik 1, el primer satélite lanzado al espacio). Se hizo pastor adventista y para cuando le picó de nuevo ponerlo todo de patas arriba con su endemoniado piano, los Beatles estaban a punto de conquistar el mundo y el primer rock and roll estaba tan pasado de moda como Myspace ahora. Y se comió los mocos.
De no haber abrazado a Dios… Seguramente tu abuela de 99 años también sabría quién es Little Richard, igual que Elvis Presley, Bob Dylan y los Rolling Stones.


MC Hammer: Los malos consejeros
A más de uno le pone una sonrisa de oreja a oreja al escuchar el nombre de MC Hammer. Y acto seguido es muy probable que canturree Can't Touch This, su mayor éxito. Si la fama de este rapero duró dos telediarios, no mucho más aguantaron los dólares en su cuenta: Con los ingresos por vender diez millones de ejemplares de su álbum Please Hammer Don't Hurt ‘Em compró una mansión por 30 millones de dólares y se acomodó a un gasto de medio millón al mes, por lo que media década después de triunfar tenía una deuda de cuatro. Detrás estaban los malos consejeros, esos que con la fama se pegan como moscas a la miel.
'Can't Touch This' arrasó… Pero gran parte de la población de planeta sigue sin saber que su reconocible ritmo es de Super Freak, de Rick James.

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