domingo, 25 de enero de 2015

Los años de oro de Yusuf Islam: Cat Stevens habla sobre el Islam y su regreso a la música

El hombre que se hacía llamar Cat Stevens, todavía lucha contra su pasado y está ganando la batalla.
Fuente: Rolling Stone


Nadie esperaba demasiado de Yusuf Islam en la ceremonia de introducción al Rock and Roll Hall of Fame de 2014. La prensa se había enfocado en la reunión de Nirvana y en la interminable telenovela de Kiss, pasando por alto el hecho de que el hombre que se hacía llamar Cat Stevens estaba a punto de tocar en su concierto más importante en suelo norteamericano luego de dejar la música de lado en 1978.


Luego de un alegre discurso de aceptación en que evitó cualquier mención a la religión o a la política, Yusuf se tomó el escenario con una guitarra acústica e interpretó una asombrosa versión de la canción de 1970 “Father and Son”, que silenció a la multitud camorrera del Barclays Center en Brooklyn. Para el momento en el que un coro de góspel se unió a Yusuf para una eufórica versión de “Peace Train, parecía que la totalidad del público estuviera de pie, cantando al unísono cada palabra. “Fue glorioso”, dijo Yusuf. “Fue grandioso cantar sin barreras y el coro hizo del final un clímax. Mi hijo me mostró a Nirvana hace algunos años y al final, su presentación fue simplemente explosiva”.

Han pasado ocho meses y Yusuf, de 66 años, sorbe té en una sala de conferencias arriba del edificio de Sony en el centro de Manhattan. Su siempre presente escolta, un musculoso tipo de 1.90 de estatura, está posado cerca de una silla de piano. El hijo de 20 años de edad de Yusuf, Yoriyos, está sentado con su vista en un portátil. El pelo de sal y pimienta de Yusuf es ahora más sal que otra cosa, y viste unas gafas de sol, una camiseta gris y una elegante chaqueta azul. Más que en cualquier otro momento desde su retorno a la música secular hace ocho años, es ahora cuando luce más como una estrella de rock.

Yusuf es relajado y amigable, pero todo los que están en el salón parecen estar un poco estresados. Su hijo mira por encima del portátil cuando la conversación deja de enfocarse en la música y dos publicistas están sentados fuera de la habitación. Antes de la entrevista, me han dicho que sea “sensitivo” en cuanto a temas de “religión y controversias pasadas”.

La conversación empieza en un punto sólido: Tell ‘Em I’m Gone, el nuevo LP de Yusuf de tono R&B, su tercer disco desde 2006. Yusuf se mudó a Dubai en 2010 (“Me gusta la luz del sol”) pero viajó a Los Ángeles para finiquitar la producción del álbum con Rick Rubin. “Hicimos todo el proceso en una semana”, dice Yusuf. “Un par de canciones fueron hechas en una sola toma. No me gusta pasar mucho tiempo en los estudios. Hubo un par de veces en las que quería volver a revisar detalles y yo decía ‘Ya lo hice, Rick. No quiero hacerlo de nuevo’”.

Recientemente, Yusuf realizó su primera gira por los Estados Unidos desde 1976. Un show en el Beacon Theatre de Nueva York, podría haber sido un éxito garantizado en términos de boletería, pero lo canceló al enterarse de la venta ilegal de boletas en la web, que hace que los precios de la boletería se inflen. “Simplemente institucionaliza la reventa y eso no es justo”; dice Yusuf.

La cancelación del show en el Beacon es solo el último movimiento valeroso, honrado y contraproducente (como muchos piensan) de la larga carrera de Yusuf. Nació como Steven Demetre Georgiou en Londres, hijo de un padre griego y de una madre sueca. Georgiou llegó a sus años de madurez justo cuando su ciudad natal se estaba convirtiendo en el centro del universo del rock. “Fui muy suertudo”, dice. “Viví en la misma calle en la que quedaba el 100 Club, y la casa discográfica de los Beatles, Dick James Music, estaba a solo cuatro casas del café de mi padre. Todo estaba ubicado en una pequeña área en el West End de Londres”.

“Nunca apoye la fatwa [contra Rushdie], pero la gente no quería oír eso”.
El escuchar a Bob Dylan por primera vez, cambió su vida. Cuando Georgiou tenía 18 años, empezó a tocar en cafés londinenses bajo el nombre de Cat Stevens, y a componer futuros clásicos como “The First Cut Is the Deepest”. Una tuberculosis casi lo mata en 1968, pero su carrera explotó en 1970 cuando “Father and Son” y “Wild World” se volvieron hits radiales. Era la época en la que los cantantes-compositores sensibles estaban de moda y Steven se adaptó con tranquilidad al modelo junto con James Taylor y Carly Simon.

Incluso cuando se convirtió en una superestrella, a Stevens le costaba disfrutar de la fama –la tuberculosis lo ayudó a darse cuenta de ello–. “La tuberculosis es una enfermedad deprimente”, dice. “Metí LSD un par de veces, pero me mantuve lejos de la vida de rock-star pues estaba muy preocupado por mi salud. Me volví vegetariano y llevaba a todos lados una maleta llena de vitaminas y bebidas especiales”.


Todo cambió un día en 1976 cuando Stevens fue a darse una bañada en el océano, cerca de Malibu. Al tratar de volver a la costa, se dio cuenta de que la corriente era demasiado fuerte y luego de tratar de no dejarse arrastrar, se encontró a sí mismo a punto de ahogarse. “No tenía fuerzas”, dice Yusuf. “Solo había un lugar para ir, y ese lugar era Dios. Nunca dudé de la existencia de Dios. Pero nunca lo había llamado pues todo parecía marchar bien en mi vida. Esto era vida y muerte”.

Prometió su completa y absoluta lealtad a Dios si lo salvaba y sorpresivamente una ola lo empujó a la costa. No mucho después de ese incidente, su hermano David le regaló una copia del Corán. “Todo esto pasó antes de que el Islam estuviera en los titulares”, dice Yusuf. “La Revolución Iraní ni siquiera se veía en el horizonte. Sentía que estaba descubriendo un secreto inmenso y sorprendente”.

Al cabo de dos años, Cat Stevens se había transformado en Yusuf Islam. Se consagró a Allah, y decidió que todas las formas de música iban en contra de la fe. Se deshizo de un contrato discográfico y vendió todas sus guitarras. Sus ingresos venían, solamente, de las ediciones de sus discos, pero decidió no recibir regalías de cualquier canción que pensara que estuviera en contra de Dios: “Todo lo que fomentara el amor sin matrimonio o fuera demasiado específico en cuanto a los aspectos sexuales”. Era un 40% de su catálogo. “Uno podría pensar que ‘The Boy With a Moon and Star on His Head’ estaba bien, pero el tipo le hace el amor a la hija de un granjero en el camino a su boda. Así que, no…”.

Yusuf se distanció del mundo musical. “Vagamente sabía que Madonna, MTV y Michael Jackson existían, pero no estaba para nada interesado”, dice. “Dentro de lo que conocía, el último gran álbum era Songs in the Key of Life de Stevie Wonder”. Yusuf se concentró en su familia, una serie de escuelas musulmanas que había fundado en Inglaterra y en Small Kindness, una fundación caritativa que ideó para ayudar a las víctimas de la guerra y de la hambruna en el tercer mundo.

A través de los años, los hijos de Yusuf trataron en vano de hacer que su padre tocara de nuevo la guitarra. Entonces, meses después del 9/11, Yusuf se encontró a sí mismo sosteniendo una guitarra acústica que su hijo había llevado a casa. Fue tarde en la noche y su familia estaba dormida. “Pensé ‘Intentémoslo’”, dice. “Busqué Fa y la encontré. No recuerdo qué canciones toqué, pero cuando lo hice, empecé a llorar”.

Yusuf estaba en conflicto por tocar de nuevo, pero la guerra en Afganistán estaba por agudizarse y otro conflicto era inminente en Irak. Yusuf dice que el mundo necesitaba ver, al menos, a un musulmán no violento en la televisión. “Había mucho antagonismo en el mundo”, dice. “Muchos musulmanes se me acercaban, me daban la mano y decían ‘¡Gracias!’. Represento la forma en la que quieren que los vean. Mucho de eso se olvida en medio de los extremismos que presenciamos alrededor del mundo”.


Discretamente, Yusuf empezó a girar por Europa y a tocar en un par de pequeñas apariciones en los Estados Unidos. No se enfrentó a una gran muchedumbre hasta que Jon Stewart lo invitó a aparecer en un mitin en 2010. Yusuf fue parte de un segmento chistosísimo –interpretó “Peace Train” mientras que Ozzy Osbourne tocó “Crazy Train”–, pero también revivió una controversia de la cual Yusuf había estado huyendo desde hacía un cuarto de siglo.

Luego de que el Ayatollah Khomeini declaró una fatwa contra el autor Salman Rushdie en 1989, Yusuf le dijo a una muchedumbre en la Kingston University de Londres que “[Rushdie] debía ser asesinado. El Corán lo deja claro: si alguien difama al Profeta, entonces debe morir”. Yusuf se hizo a un lado, pero el asunto no se desvaneció. Cuando Rushdie se enteró de que Yusuf había estado tonteando con Osbourne, llamó a Stewart. “Me ha quedado claro que [Yusuf] es un tipo contradictorio,” contó Stewart dos años después. “No hubiera hecho [la escena], no creo que lo hubiera hecho, si hubiera sabido todo esto…”.

Todavía es un tema sensible para Yusuf, Cuando lo menciono, su hijo nos mira preocupado. “La gente debería olvidarse de eso”, dice un claramente irritado Yusuf. “Fue hace 25 años. Ahora tengo el pelo cano. Vamos. Era lo suficientemente tonto como para tratar de ser honesto y de decirle a la gente cuál era mi posición. Dentro de lo que sé, esto no debería ser parte de mi vida”.

Eso parece ser el final del tema y Yoriyos parece aliviado. Pero Yusuf no para ahí. “Creo en la ley fervientemente”, dice. “Nunca apoye la fatwa [en contra de Rushdie], pero a la gente no le gusta oír eso, se la pasan diciendo que creo en la ley de la blasfemia. Todo lo que digo es que, ¿cómo se podría negar el Tercer Mandamiento? Es un principio musulmán el de que uno debe seguir la ley de la tierra en la que reside”.

Respuestas sin remordimientos como esa, son las que han hecho que Rushdie y sus muchos simpatizantes no puedan disculpar a Yusuf, y él sabe que esta contienda no tendrá fin. “Así es la vida”, dice. “No quiero ponerme a mí mismo en esta digresión, pero si uno le pone cuidado a cualquier mensajero, no habrá antagonistas”. Una de las canciones del nuevo álbum de Yusuf, parece tratar la controversia: “Cat and the Dog Trap”. “El gato está en la jaula”, canta. “Encadenado a una piedra/ Un tazón vacío permanece a su lado”. Yusuf admite que la canción es autobiográfica, pero se rehúsa a identificar la fuente de inspiración para el perro antagonista, a pesar de que Rushdie es un sospechoso probable. “Usualmente era seguido por la luz de la luna”, dice Yusuf cuando se le presiona con el tema. “Ahora soy seguido por confusiones, y son como una camisa de fuerza. Solo quiero componer música desde mi corazón y dar a la gente un mensaje de esperanza y de búsqueda por un lugar mejor”.

La amenaza del Estado Islámico ha llevado a que los Estados Unidos estén a punto de iniciar otra guerra en Irak, pero también ha hecho que Yusuf esté extrañamente optimista: “El lado positivo es que ha unido a voces disidentes para decir al unísono que [el Estado Islámico] no tiene nada que ver con el Islam. Los musulmanes han estado sujetos a varios tiranos y regímenes opresivos. De eso se trató la Primavera Árabe, pero el problema llega cuando se trata de hacer una revolución”.

En las boletas para los próximos conciertos de Yusuf en Estados Unidos, se puede leer “Yusuf/Cat Stevens”, una concesión para los fanáticos de sus álbumes clásicos, y una estrategia para un hombre que se ha acomodado a su pasado. “Cuando has estado tanto tiempo escapando, puedes darte cuenta de que has escapado demasiado lejos”, dice. “Hay un momento en el que uno dice ‘Espera. He perdido el rumbo’”.

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