martes, 12 de marzo de 2013

La fama digital cuesta...

Si no se venden discos, el vídeo acabó con las estrellas de la radio y a las estrellas de MTV las fulminó MySpace, la fama se calibra hoy a través de las reproducciones en YouTube, los “Me gusta” en Facebook y el número de seguidores en Twitter.
Por Javier Herrero
Revista Rolling Stone


Líder en el mundo real. Madonna, sin cuenta en Twitter, es la artista que más recaudó con su gira en 2012.

De los 20 perfiles más demandados en la red social del pajarito azul, 11 pertenecen a estrellas de la música y cuatro coronan la tabla, por delante de Barack Obama. Otra cosa es que, después, la cruda realidad eche abajo estas efímeras convenciones de las que hoy en día se abusa para señalar la trascendencia de algunos artistas.

“¡Diez millones de monstruos!”, escribió Lady Gaga en Twitter en Mayo de 2011, al ser la primera persona en alcanzar una cota, que ha triplicado en menos de dos años. Con todo, la diva fue sexta en el ránking de las giras que más recaudaron en 2012 y Justin Bieber, que acaba de destronarla en Twitter, vigésimo. En el podio, tres veteranos: Madonna (que no tiene Twitter), Bruce Springsteen (400,000 seguidores) y Roger Waters (cuyo perfil no está validado).

“El error es pensar que todos esos son fans”, razona Santi Balmes, de Love of Lesbian, para quien no hay una burbuja de Internet sino gente que sigue a un grupo por simple interés informativo.

Los datos, sin embargo, indican que el pájaro de Twitter lleva sobrepeso. Su informe oficial de Diciembre afirma que de los 500 millones de perfiles registrados, sólo 200 millones son usuarios activos, es decir, ingresaron en su servicio al menos una vez en los últimos treinta días. ¿Y el resto? El resto serían personas que en algún momento se registraron, se asociaron a un perfil y, si te he seguido no me acuerdo, o bien perfiles falsos creados para enviar spam o para potenciar la relevancia en la red de un artista o una marca, labor que desempeñan las “agencias de dinamización”.

“Hasta hace poco se podía hacer en casi todas las redes sociales, ahora sólo en Twitter, porque su tecnología lo permite”, advierte Juan Riva a ROLLING STONE, director de la agencia de dinamización MPContent, y que añade que hay que valorar no únicamente el volumen de seguidores, sino también el engagement, o sea, el valor de que sean objetivos del cliente.

Sin embargo, algunas agencias de dinamización con objetivos demasiado ambiciosos y escaso plazo de tiempo acuden a prácticas que, sin ser ilegales, son de “de dudosa ética”. ¿Ejemplo? La compra-venta de “paquetes de usuarios” a precios muy asequibles –según fuentes consultadas por ROLLING STONE,1,000 followers a cambio de 50 euros o, incluso, menos.

Frente a la vía rápida, la forma de trabajar de agencias como MPContent pasa por analizar la Red e identificar a los prescriptores más idóneos para su producto (blogueros, foros, páginas web…), e invitarles a compartir su contenido para generar tráfico, sobre todo en YouTube, lo que Riva llama “la nueva gran discográfica”.

La emisora británica BBC4 ahondó hace unos meses en el tema con una entrevista al responsable de la web inglesa buyfollowerstwitter.co.uk, quien aseguró que toda compra-venta de seguidores conlleva el conocimiento del origen falso de estos perfiles y habló de ofertas de 200,000 seguidores por unos 90 euros en una operación que requería “poco más de 10 minutos”.

Status People, una compañía que desarrolló la aplicación Fakers App para testar la calidad de los seguidores, publicó hace poco que un 70% de los seguidores de Lady Gaga son inactivos o falsos. Por si no fueran suficientes varapalos para Gaga, el último reajuste de YouTube –que conllevó también una verificación de la “legitimidad” de algunas reproducciones- restó a la extravagante neoyorquina 156 millones de visionados de su canal oficial. La prensa lo atribuyó a "prácticas fraudulentas" y la popular plataforma, en un comunicado oficial, a un cambio en su política: Ya solo computan las reproducciones de vídeos vigentes y públicos. “Nosotros nunca hemos llevado a cabo este tipo de prácticas. No pongo en duda que alguien haya podido aprovecharse, pero no nosotros”, dice Pascual Crespo, digital manager de Universal.

Álvaro Rebollo, digital marketing manager de Sony Music España, defiende también la integridad de su compañía: “Sí hay empresas que anuncian la obtención de seguidores en muy poco tiempo, lo que es sospechoso”, afirma, y apuesta por “un crecimiento lo más natural posible” que mida la popularidad de un artista.

Pero, ¿tan importante es el trasiego digital? Para Rebollo sí. Por un lado, “cada vez es más frecuente que los artistas crezcan primero en popularidad en la red y den luego el salto al mundo físico”; por el otro, “en el momento en que el público de una marca coincide con el de un artista, tiene sentido para la marca contar con ese artista”.

Los escépticos, como Antonio Luque (Sr. Chinarro), creen que el truco del éxito no ha cambiado tanto. “La popularidad no se alcanza por tener primero repercusión en Internet, al revés: Si eres músico, se consigue a través de tu música y después ya te buscarán en las redes”.

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