Repasamos las mejores declaraciones y reflexiones que el cantante nos ha dejado en una de las más interesantes entrevistas que hemos publicado sobre él.
Revista Rolling Stone
Bob Dylan posa frente a un cartel del mítico ajedrecista Anatoly Karpov. (Foto: Sam Jones)
Está feo que lo digamos nosotros, pero este mes publicamos una de las mejores entrevistas que se le han hecho a Bob Dylan. El cantante de 71 años se presentó frente al periodista Mikal Gilmore vestido con una cazadora de cuero abotonada por encima de una gruesa camisa blanca, un gorro de esquí y con peluca. Y dejó varias palabras ya históricas sobre él, su pasado y la transmutación que asegura haber sufrido tras el accidente de moto de 1966 que casi le cuesta la vida. También sobre Obama (habla poco), Bruce Springsteen y su último disco Tempest.
Rescatamos algunas de sus declaraciones de una entrevista imprescindible que encontrarás completa en el número de octubre de Rolling Stone ya a la venta. Dylan toma la palabra.
En realidad, yo no formé parte de lo que se denomina como “los 60”. La década de los 50 fue una época mucho más sencilla, por lo menos para mí. No experimenté la mayor parte de las cosas que la gente de mi edad de ciudades y pueblos más grandes sí pudo experimentar. El pueblo en el que crecí estaba totalmente apartado del centro de la cultura. Estaba fuera de los márgenes del momento. Tenías todo el pueblo para vagabundear, y no existían sensaciones como la tristeza o la inseguridad. Simplemente había bosques, cielo, ríos y corrientes, invierno, verano, primavera y otoño. La cultura se basaba fundamentalmente en circos y carnavales, predicadores y pilotos, espectáculos para leñadores y cómicos, bandas de música y demás. Programas de radio excepcionales y música muy interesante.
No me sorprende que haya gente que crea que Rainy Day Women es una canción en código sobre colocarse. Pero esa gente no conoce el libro Hechos de los apóstoles.
No toco canciones de acampada. Mis canciones son música personal; no son comunales. No me gustaría que la gente cantara conmigo al unísono. Me sonaría raro. No recuerdo que nadie cantara a la vez que Elvis, Carl Perkins o Little Richard. Lo que un músico tiene que conseguir es que la gente sienta sus propias emociones. Un intérprete, si consigue hacer lo que se supone que tiene que hacer, no siente ninguna emoción. Simplemente posee una cierta alquimia.
Lo que los demás piensen de mí es irrelevante. De la misma manera que yo, cuando voy a ver una película, pongamos Cumbres Borrascosas, no me pregunto cómo es en realidad Lawrence Olivier. El entretenimiento es un tipo de deporte.
Vas a sitios diferentes y te suceden cosas que nunca te sucederían si te quedaras en casa. Sé que me olvidé de girar entre 1966 y 1974, cuando no hacía giras, pero volví a hacerlas de nuevo. Las cosas cambian. Además, hay artistas que no salen a la carretera. A lo mejor van a Las Vegas y se quedan allí una temporada. Esa es una manera de hacerlo – quién sabe, tal vez acabe haciéndolo yo también. Hay muchas otras formas peores de acabar.
Quiero a Bruce como a un hermano. Es un poderoso intérprete – como ningún otro. Me preocupo mucho por él.
¿Que qué opino sobre Obama? Me gusta. Pero le está preguntando a la persona equivocada. ¿Sabe a quién debería preguntárselo? Debería preguntarle a su esposa qué opina sobre él. La suya es la única opinión que importa.
Puedo componer un tema en una habitación repleta de gente. La inspiración puede llegarte en cualquier lugar. Es algo mágico. Me sobrepasa.
Alguien me dijo que Justin Bieber nunca podría cantar los temas de Tempest. Y yo le dije que yo tampoco era capaz de cantar las suyas.
No es que tenga una gran memoria. Recuerdo sólo lo que quiero recordar, y lo que quiero olvidar, lo olvido.
Tengo demasiado rock & roll en mis venas como para llamarme cantante. La música que yo toco está basada en el country blues, el folk y el rock and roll.
¿Por qué cuando la gente habla sobre mí tiende a volverse loca? ¿Qué coño les pasa? Claro, tuve un accidente de moto. Sí, toqué con The Band. Sí, hice un disco llamado John Wesley Harding. Y sí, sonaba distinto. ¿Y qué? Quieren saber lo que no puede saberse. Están buscando – son buscadores. Como en el tema de Pete Townsend en el que intenta encontrar 50 millones de fábulas. ¿Para qué? ¿Por qué lo hacen? No tienen ni idea. Es triste. Es muy triste. Tal vez el Señor se apiade de ellos. Son almas perdidas. No tienen ni idea. Es triste. Muy triste. Triste para mí y para ellos.
Una noche en New Jersey salí a dar un paseo. Estaba lloviendo, y supongo que en aquella zona boscosa no están acostumbrados a ver gente paseando bajo la lluvia. Yo era la única persona en la calle. Alguien me vio por la ventana y avisó a la policía. Lo siguiente que pasó fue que un coche de policía paró y me pidió la identificación. Pero no lo llevaba encima [Risas]. Suelo cambiarme mucho de ropa. La mujer policía no me conoció. Porque casi nadie lo hace. Les sonaba mi nombre. Si alguna vez estoy en algún lugar en el que nadie me conoce, y de repente entra alguien que sí que me conoce, lo siguiente que pasa es que tengo que empezar a explicarle a todo el mundo quién soy y rápidamente empiezo a sentirme incómodo.
Yo trabajo en mi arte. Es así de fácil. Trabajo bajo las reglas y limitaciones que tiene. Hay grandes figuras que pueden explicarte ese tipo de arte mucho mejor que yo. Ese arte se llama composición. Tiene que ver con la melodía y el ritmo, y a partir de ahí, todo fluye.
Intento no hacer caso a las críticas. Tengo que ignorarla, si se refiere a la crítica sobre mi obra que me parece irrelevante o tonta. No es el caso si es constructiva. Si alguien señala en qué lugar o de qué forma podría mejorar mi trabajo, supongo que estaría dispuesto a escuchar. La gente obsesionada con el hecho de criticar no son críticos honestos. No son gente para la que toco, de todas formas.
La gente cree que me adora, pero no es así. Adoran la música y las canciones, no a mí. La gente dice que le gustan muchas cosas, pero no es cierto. Poner tu vida en riesgo por alguien, eso es amor. Pero nunca lo sabrás hasta que llegue el momento. Que alguien muera por ti, eso también es amor.
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