sábado, 8 de junio de 2013

Crítica: Black Sabbath - '13'

Retro, vintage y grandes éxitos que no están 'ozzydados': Gran regreso de Black Sabbath

Black Sabbath - '13' 
Lanzamiento: 10 -Jun-2013
Sello: Vertigo/Universal
País: Reino Unido/EEUU
Género: Heavy metal, doom metal.


1. "End of the Beginning" 8:07
2. "God Is Dead?" 8:54
3. "Loner" 5:06
4. "Zeitgeist" 4:28
5. "Age of Reason" 7:02
6. "Live Forever" 4:49
7. "Damaged Soul" 7:46
8. "Dear Father" 7:06

Duración total: 53'18''

Músicos:
- Tony Iommi: Guitarras
- Ozzy Osbourne: Voz y armónica
- Geezer Butler: Bajo
* Brad Wilk: Batería
· 
· Grabado entre agosto de 2012 y enero de 2013 en Los Angeles, Inglaterra y en Miami
· Mezclado y producido por Rick Rubin.


Escuchar el nuevo disco de Black Sabbath supone para el oyente juegos muy curiosos. Primero, el gustazo de hacerte viajar en el tiempo y hacerte parecer que te encuentras de repente años atrás escuchando uno de los primeros discos de la banda. Si alguno de ustedes que lea esta reseña estaba en activo musicalmente hablando en 1970, entonces me entenderá que es como si te encontraras por primera vez con aquel ya lejanísimo 'Black Sabbath' de 1970.

Y, como decía, más juegos: El de 'encuentra las 7 diferencias' (o las que sean). Porque cada canción te recuerda inexorablemente a otra canción anterior del grupo. Empezando por los riffs de Tony Iommi, que si bien es de admirar por lo genio que es para encontrar siempre un ritmo guitarrero pegadizo, parece que se autoplagia de manera obsesiva. Y, seguimos, por las ambientaciones. Algunas de las piezas de este '13' tienen las mismas ambientaciones tenebrosas que encontramos en sus primeros álbumes, provocando la sensación de que los temas de ahora los hemos escuchado antes unas 13... o 14 veces.

Todo dicho sea como halago, en la medida de lo posible que esto sea. Por ejemplo, la producción de Rick Rubin es majestuosa. Incluso es quedarse corto. Suena tan bien que tiene ese regustillo setentero de las primeras genialidades de sonido de esa época, pero a la vez tiene el placer de contar con las tecnologías actuales para sonar increíblemente bien. Aparte, la voz de Ozzy parece más que modulada y filtrada, porque suena como si tuviera de nuevo 20 años. Sin tanto timbre gangoso como en sus últimos años -o lustros- en solitario, Osbourne parece de nuevo un vocalista y todo.

Por lo demás, Geezer Butler y su bajo suenan estupendos, a veces incluso imperantes en temas como el conocido sencillo 'God is Dead?', donde el ritmo que imparte es providencial. Quizás sea más llamativa la entrada de Brad Wilk en la batería, porque era la gran novedad para hacer olvidar a Bill Ward, quien sus compañeros buscaron para poder decir que se reunían los Sabbath originales, pero no por otra cosa. Porque pronto se dieron cuenta de que llevaba ya un tiempo fuera de onda y era incapaz de rendir como para hacer una gira con ellos. Wilk intenta sonar lo más parecido posible a como lo hacía Ward hace más de 40 años, y parece que lo logra, aunque sea por pura imitación.

Y jugando a esas adivinanzas y los parecidos razonables, empecemos por algunos temas que descaradamente se parecen a otros anteriores del grupo.

Arranca el disco con 'End Of Beginning', cuyo siniestro inicio y pesado guitarreo de Iommi nos evoca inexorablemente a 'Black Sabbath', el tema que daba nombre a su primer disco, allá por 1970. se trata de un gran tema de 8 minutos que acaba con el mito de que míticos grupos llegan a su ancianidad sin ideas ni originalidad como para lograr temas largos y que tengan coherencia. Si acaso aquí, nos encontramos con una canción que suena a cosas tan oídas anteriormente que... sí, aplaudimos, pero también pensamos si es una especie de nueva versión de un clásico de Sabbath. Decir que el bajo de Butler está estupendo y que como decíamos, la voz de Ozzy suena increíblemente mágica, casi como en sus inicios. Pura magia de la mesa y de Rubin. Aroma 'doom' y setentero a más no poder para firmar un notabilísimo tema.


'God Is Dead?' ya lo conocíamos puesto que fue el sencillo que desde hace más de un mes hicieron circular gratuitamente. Casi 9 minutos de lento, siniestro y pesado tema con esencia más clásica imposible. Tras una intro apaciguada, Iommi desata su guitarra pasada la media hora con el bajo de Geezer haciéndole ecos maravillosos que por momentos nos trasladan hacia la demoníaca 'War Pigs'. De todos modos, es una de las composiciones más originales del disco, con esencia nihilista avalada por un título que lógicamente nos sirve de tributo al filósofo alemán Nietszche, quien hizo famosa esa frase de "Dios ha muerto".

En el caso de 'Loner' ya rozamos el autoplagio, porque Iommi prácticamente copia el pegadizo riff de 'NIB'. Por cierto que este tercer tema es el primero rockero y más afable de Sabbath en lo que llevamos de disco, tras casi 20 minutos de oscuros pasajes tenebrosos.

Le sigue 'Zeitgeist', otra alusión a la actualidad y al famoso documental del mismo nombre que intenta arruinar algunas de las grandes creencias de la sociedad actual. Realmente significa "El espíritu del tiempo" y es una expresión habitual del pensamiento moderno. Y si 'Loner' era el primer tema afable, éste es el primero acústico y con aires de tranquilidad, paz y luz en un tenebroso inicio de álbum. De todos modos, es otro autoplagio descarado del tema 'Planet Caravan', de su segundo álbum de estudio, 'Paranoid'. Los invito a comprobarlo. Hasta la percusión suena igual, aunque ahora no sea Ward quien golpee esos bombos, sino Brad Wilk. Hasta utiliza un filtro de voz para Ozzy al estilo de los 1970 con el Vocoder.

Quinto tema, 'Age Of Reason'. Volvemos a sendas 'doom' pero con sintetizador para crear atmósferas que hacen que su música se vea algo distinta que en sus primeros discos, los evocados hasta ahora. 7 minutos de duración donde se agradecen dos cosas: La mencionada distinción, sin tantos 'parecidos razonables', y la profundidad de la capacidad instrumental para llenar el tema, sin tanta parte vocal de Ozzy. No por nada, sino porque el dueto Iommi-Butler está de cine. Tony da lo mejor de sí para lograr unos solos blueseros que suenan estupendos. Sobresaliente tema. Quizás de lo mejor de '13'.

Sabbath siguen este disco con su 'vivir para siempre': 'Live Forever' es un tema extra 'doom' donde pronto adivinamos riffs ya escuchados de sobra en sus primeras composiciones de la década de los 70. Aún así, consigue sonar fresco, como 'Age Of Reason', y deja un genial regusto en el espíritu. Otra joya que no entendemos cómo no supieron firmar antes en otras reuniones, como en 'Reunion', una reunificación en realidad frustrada que dejó dos nuevos temas decentes, sin más: 'Psycho Man' y 'Selling My Soul'.


En 'Damaged Soul', sin embargo, suenan a Ozzy en solitario, con una canción claramente marcada por su alocado cantante, que deja una cadencia distinta, no tan lenta ni tenebrosa como habitúan a hacer Sabbath con Iommi cuando es el compositor principal o único. El solo de guitarra central, acompañado genialmente por Butler y sus cuerdas martilleantes del bajo, es muy bueno. Ni el cáncer ni nada pueden parar a este genio vivo que tanto ha influido al heavy metal.

Y tras los casi 7 minutos y medio de 'almas destrozadas' llega sin darnos cuenta el final de la aventura con otros tantos minutos de 'Dear Father', cierre 'doom' y con coros que consiguen un mágico efecto entre celestial e infernal, realmente sonando más a Ozzy en solitario que a los clásicos Sabbath. Si bien este tema deja un final a modo de guiño para los fans, un autohomenaje que conseguirá derretir corazones. Tras unos últimos guitarreos geniales de Iommi, se para la música y... trueno, tormenta, suena la campana de una tenebrosa iglesia... 'Black Sabbath' está de vuelta. ¿Será este su último disco? Sería un bonito homenaje que los últimos segundos de su último disco sonara exactamente igual que los primeros segundos de su primer disco...

En todo caso, hay que decirlo: Nos han sorprendido a todos. Seamos sinceros. Creíamos que el trío calavera Ozzy-Iommi-Butler llegaría con un soporífero disco salvado a base de dólares y mucha promoción. Pero al igual que Deep Purple, otros contemporáneos que revolucionaron la música rock en los inicios de la década de los 1970, han vuelto con fuerza y calidad de sobra. Sólo nos faltan ya los queridos Led Zeppelin.

Parecía que Sharon Osbourne tenía algo nuevo y muy caro que comprar y cogió de la solapa a su marido para que retomara este viejo proyecto con sus antiguos compañeros de trabajo. Y es cierto que Iommi sabe que sin Sabbath no tiene carrera musical donde rascar. Butler, más de lo mismo o peor. Así que tocaba enterrar hachas de guerra oxidadas -¿o deberíamos decir 'ozzydadas'?- y volver a componer y girar juntos, como si nada hubiera pasado en más de 3 décadas de peleas que iban y desaparecían continuamente.

Pero no. Nos ha gustado este regreso. Aunque sea por puro dinero. Qué más da. Algunos estaban deseando adjudicarles esos dichos como el de 'si no tienes nada interesante que decir, mejor no digas nada'. Algunos, incluso hubiera añadido para estos abuelitos algo así como 'si no tienes nada nuevo ni interesante qué tocar, mejor dejalo en una gira de reencuentro y punto'. Pero no seamos injustos, insisto: El disco es muy bueno. Las canciones están muy bien. A gozarlo, sin pensar tanto y profundizar en ello. Business is business. Pero la música es algo más, y este álbum llega al corazón y al oído sibarita del buen rockero.

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