jueves, 21 de agosto de 2014

12 grandes canciones de Coldplay que probablemente no conozcas



Fuente: Rolling Stone
Más allá de los hits de estadio y baladas lacrimógenas, repasamos la faceta más oculta y sublime de la banda

Debido a su ubicuidad en las radios de rock moderno y sus incesantes éxitos, es fácil olvidar que Coldplay han hecho más que sencillos para estadios. Cavando hondo en los rincones más oscuros de su discografía, encontramos una cara distinta de la banda, con rodeos bizarros, tributos de sus influencias y pinceladas de otros Coldplays que podrían haber sido.

Such a Rush 
Safety (EP) / The Blue Room (EP)
En 1998, toda banda británica con más de una guitarra entraba automáticamente en el sorteo de “el próximo Radiohead”. El EP debut de Coldplay (demo ensalzada) Safety los colocó de forma sólida en el camino: En lugar de ser Fitter happier, eran Bigger stronger (más grandes, más fuertes), un rock discordante que temía la vida moderna. Pero el tema final Such a rush, construido desde un acústico riguroso y el repiqueteo de un piano eléctrico, hacia una conclusión ardiente, nos daba pistas acerca de lo que vendría en el futuro.

Easy to Please 
Brothers and Sisters (EP)
Antes de que Brian Eno se convirtiera en su productor, los experimentos sónicos de Coldplay eran pocos e infrecuentes: Estaban más enfocados a lo limpio y bonito que a lo raro. Easy to please es una excepción temprana, una canción acústica a penas rasgada, inundada en un mar de sonidos amorfos.

See You Soon 
The Blue Room (EP) / Live 2003
Considerado por muchos fans hardcore como una de las mejores caras B de la banda, ambas versiones de la elegíaca See you soon merecen mucho la pena. Lo que aparenta ser una bella y elemental canción de amor en la superficie, rápidamente se convierte en un siniestro bajo el mando de un francotirador: “Vestido a prueba de balas, con todas las ventanas cerradas / estaré haciendo todo lo que pueda, y nos veremos pronto / a través de la lente de un telescopio”. The blue room presenta la canción como una balada acústica claustrofóbica, pero brilla dentro de su Live 2003, donde un tempo más lento y la guitarra quejumbrosa de Jonny Buckland la hacen verdaderamente evocadora.

I Bloom Blaum 
In my Place (single)
A rush of blood to the head es el álbum en el que la maestría de Coldplay, al nivel de grandilocuencia de U2, empezó a despegar. Así es fácil de ver por qué I bloom blaum (que singifica “la gente azul” en islandés), no llegó a entrar en el álbum; su delicado, rasgado, folk, encajaría más en un álbum de John Martyn que junto a Clocks.

One I Love 
In My Place (single) / Live 2003
Puede que hayan tomado prestado el título de R.E.M., pero One I love es un subproducto de la relación amorosa entre Coldplay y Echo & The Bunnymen. Coldplay no disimularon su admiración por la banda, versionando Lips like sugar regularmente en 2002 y 2003. One I love se escapa de las trampas góticas de Bunnymen, y los aleja de las estrellas de estadio en las que se estaban convirtiendo.

1.36 
The Scientist (single)
1.36 es una rareza en el catálogo de Coldplay. Es una de las únicas canciones de la banda que realmente “rockean”, con un ritmo a lo PJ Harvey… y aparece en el sencillo de una de sus canciones menos rockeras, The Scientist. El guitarrista Tim Wheeler aparece como invitado, así como Simon Pegg, de Shaun of the dead, que grita los “Yeah!” del final, un logro del cual esta “excesivamente orgulloso”.

Crests of Waves 
Clocks (single)
El exitazo Clocks fijó el patrón que seguirían los éxitos de Coldplay durante los años siguientes: Figuras circulares al piano, sintetizadores débiles, guitarras semi-ausentes, ganchos “ooh-aah”. El sencillo de Clocks también contiene una mirada a través de una puerta que decidieron no atravesar: Crests of waves, rock guitarrero directo. Como en el Moses de Live 2003, Crests of waves rememora los días de gloria del alt-rock de finales de los ochenta, y muestra cómo habría sonado la banda si Martin no hubiera descubierto aquel sintetizador.

The World Turned Upside Down 
Fix You (single)
Chris Martin habla de la influencia del krautrock en X&Y, incluso de su reflejo en Talk, pero el álbum utilizó más la paleta de color del género que sus bloques de construcción. Estos restos de las sesiones de X&Y suenan como una versión de gratificación inmediata del Spiders (Kidsmoke) de Wilco: Will Champion y Guy Berryman se encierran en un ruido sordo hipnótico y metronómico, mientras Jonny Buckland pasa desapercibido, pero Chris Martin no puede permanecer parado por mucho tiempo. Donde Wilco esperaban hasta el infinito para romper en Spiders, Martin no puede resistirse al encanto de un gran coro, que resulta majestuoso después del minuto 1:30.

Things I Don’t Understand 
Speed of Sound (single)
El bajista Guy Berryman puede a menudo pasar desapercibido con su forma de tocar poco llamativa y la dependencia de Coldplay para con el piano. En Things I Don’t Understand refuerza el estilo de Peter Hook, capitaneando la melodía con el bajo. New Order es menos mencionado de lo que debería a la hora de hablar de influencias en X&Y, pero esta pista le ofrece un claro y recto tributo.

Prospekt’s March / Poppyfields 
Prospekt’s March (EP)
Los constantes movimientos estilísticos dirigidos por Eno en Viva la vida no dejan mucho espacio a los silencios de los antiguos Coldplay, lo cual hace de Prospekt’s march un obsequio para los fans de la vieja escuela. Lanzado en el álbum extra de la edición especial y más adelante en su propio EP, esta canción tan exhuberante y atmosférica recuerda a los fans que Coldplay siguen siendo los maestros de las baladas sensibles.

The Goldrush 
Life in Technicolor II (single)
Podrías emocionarte al escuchar a Coldplay, pero no necesariamente soltarás muchas carcajadas. Esto es lo que logra The goldrush, la pista más extraña de toda su discografía. Se ajusta a la definición de “una gran canción”, pero es un tema extraño que suena como si la banda se lo hubiera pasado realmente bien grabándolo. El batería Will Champion canta, Chris Martin ríe al fondo y grita las instrucciones, y la banda se une a las costumbres de Talking Heads y U2 dejando que Brian Eno se les una para los coros.

Christmas Lights 
Christmas Lights (single)
Debido a su infatigable formalidad, es increíble que Coldplay haya sobrevivido una década antes de grabar una canción navideña. Este single digital único apareció poco después de las navidades del 2010, y comienza como un auténtico plomazo, con Martin lamentando: “Noche de navidad, otra pelea / las lágrimas que hemos llorado / tenían todo tipo de veneno / veneno en mi sangre”. En poco tiempo, la magia de la navidad sale a flote. La seriedad de la canción queda a un lado gracias al extravagante vídeo que lo acompañó, y que muestra a Simon Pegg interpretando a un violinista imitador de Elvis.

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