La historia detrás de la colaboración del Beatle en el último disco de los Foo, y el origen de una amistad que crece.
Fuente: Rolling Stone
Foo Fighters no grababa un disco en un estudio comercial desde One by One, de 2002, de modo que se habían olvidado de la diversión de los encuentros azarosos que se pueden producir en un estudio como el EastWest de Los Angeles, originalmente construido para Frank Sinatra, donde Dave Grohl y su banda hicieron Concrete and Gold. "Caminás por el pasillo, y en la cocina está Lady Gaga", se maravilla Grohl. Shawn Stockman, el cantante del grupo de R&B Boyz II Men, y Justin Timberlake, dos de los invitados del disco, se sumaron porque estaban ahí dando vueltas. Pero el invitado más emocionante de los Foo en Concrete and Gold es Sir Paul McCartney.
Grohl y él son amigotes. Socializan con sus familias y zaparon juntos un par de veces. Así que cuando McCartney tuvo que pedirles prestado a Greg Kurstin (productor de Concrete and Gold) en medio de las grabaciones de los Foo, a Grohl se le ocurrió cómo quería que le devolviera el favor. Le mandó un texto a McCartney: "¿Querés tocar la batería en uno de nuestros temas nuevos?". ¿La respuesta de McCartney? "¡Estás loco, man!"
Pero, para alegría de la banda, el Beatle aceptó colaborar en "Sunday Rain". "Incluso si hubiera sido el banjo, yo creo que hubiera ido", dice McCartney. La última vez que recibió una llamada así de Grohl fue para colaborar en la banda de sonido del documental de Grohl de 2013, Sound City. "Estaba zapando con estos dos tipos a los que nunca había conocido", dice McCartney. "Y después los escuché hablando en el estudio, y fue como: '¡Oh, mierda! ¡Ustedes son los malditos Nirvana!'.
"Es inspirador", dice Grohl, "porque sigue tocando por las mismas razones por las que todos empezamos a tocar cuando éramos jóvenes. Simplemente le gusta tocar."
Como era de esperar, Paul McCartney es un baterista bastante bueno. "En general uno no piensa en él como un baterista", dice Hawkins. "Pero grabó las pistas de manera tan jodidamente natural. Nunca había escuchado la canción, Dave se la explicó un poco con una guitarra acústica. Y él dijo: 'Sí, sí. Creo que entiendo lo que querés hacer'."
McCartney grabó dos tomas; usaron la primera. "Fue tan jodidamente bueno", dice Grohl. "Tocamos una hora, después hicimos una pausa, comimos bagels y nos tomamos un té. Pensé que habíamos terminado -no quería echarlo- así que estaba afuera fumando un cigarrillo, y alguien dice: 'Hey, Paul quiere zapar un rato más'. Entusiasmó a todo el mundo, y zapamos durante horas: '¡Vamos a componer canciones, man!'."
"Bueno", dice McCartney. "Una vez que arrancás el motor..."
(Extracto de la nota de tapa de RS 235 octubre)
"Es inspirador", dice Grohl, "porque sigue tocando por las mismas razones por las que todos empezamos a tocar cuando éramos jóvenes. Simplemente le gusta tocar."
Como era de esperar, Paul McCartney es un baterista bastante bueno. "En general uno no piensa en él como un baterista", dice Hawkins. "Pero grabó las pistas de manera tan jodidamente natural. Nunca había escuchado la canción, Dave se la explicó un poco con una guitarra acústica. Y él dijo: 'Sí, sí. Creo que entiendo lo que querés hacer'."
McCartney grabó dos tomas; usaron la primera. "Fue tan jodidamente bueno", dice Grohl. "Tocamos una hora, después hicimos una pausa, comimos bagels y nos tomamos un té. Pensé que habíamos terminado -no quería echarlo- así que estaba afuera fumando un cigarrillo, y alguien dice: 'Hey, Paul quiere zapar un rato más'. Entusiasmó a todo el mundo, y zapamos durante horas: '¡Vamos a componer canciones, man!'."
"Bueno", dice McCartney. "Una vez que arrancás el motor..."
(Extracto de la nota de tapa de RS 235 octubre)
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