Luego de lidiar con un divorcio y la separación de Oasis, el cantante por fin regresó y está listo para la pelea.
Fuente: Rolling Stone
Aunque no parecía preocuparse en la época del auge del britpop en los 90, entre la champaña y la cocaína (un periodo en el que lo detuvo la policía en un ferry a Ámsterdam, lo echaron de Abbey Road Studios en la mitad de una grabación o se ausentó en un concierto de Oasis para ir de compras), Liam Gallagher siempre pensó a largo plazo. O al menos siempre estaba pensando. Él toma su habitual pose en el escenario: brazos detrás de su espalda, inmóvil, a excepción de sus labios. “Sabía que iba a vivir para siempre”, dice, luego de cumplir 45 intensos años.
Corrió más de 11 kilómetros por Central Park esta mañana, pero sigue caminando alrededor de su cuarto de hotel en Nueva York. Está usando un saco azul y una pantaloneta, como si su cuerpo se partiera en dos temperaturas. “Me dije a mí mismo: ‘Cuando tenga 80 años no podré bailar como lo hace Mick Jagger’”. Pone las manos detrás de su espalda, se inclina ante un micrófono invisible y dice: “Lo único que tendré que hacer es pararme y quedarme quieto. ¡Jagger todavía tiene que saltar!”.
A diferencia de Jagger, Gallagher ya no tiene una banda, y las probabilidades de que vuelvan, en este momento, son muy pocas. Oasis se separó en París hace ocho años, luego de una pelea entre Liam y su hermano Noel, el guitarrista y compositor de la banda. La versión de Noel es que su hermano tuvo una pataleta violenta esa noche; Liam dice que a él lo provocaron (“Él fijó unas trampas para mí, y yo caí porque soy apasionado y demuestro mis sentimientos”), que Noel había planeado en secreto irse de la banda por unos meses o unos años y que la historia de su hermano del supuesto ataque con una guitarra es falso. Ellos ya no se hablan y Liam dice que hasta su madre se cansó de intentar reconciliarlos. “Mi mamá está cansada de esto”, comenta, riendo un poco. “Ella dice: ‘Ya no me importa una mierda. ¡Tengo 75 malditos años! ¡Que se jodan, ya he tenido suficiente!’. Ella hace natación y se ocupa de sus asuntos. Ya no le importa”.
Liam está en Nueva York para promocionar su primer álbum en solitario: As You Were, que se lanzó el 6 de octubre. A pesar de que Noel, con algunas excepciones, era el único compositor de Oasis, el disco de Liam es una sorpresa agradable: una vigorizante, a veces anhelante, colección de sencillas tonadas de rock (incluyendo el excelente sencillo Wall of Glass) y el recordatorio de que él siempre será una de las grandes voces rockeras. Hoy, más que nunca, suena como John Lennon, su héroe y “guía espiritual”. Gallagher dice que “cree que está aquí”. Se detuvo en el memorial Strawberry Fields para una pequeña comunión mientras hacía ejercicio esta mañana y se encontró con algunos fans que lo esperaban. “Yo creo que él me protege”.
Gallagher está orgulloso de su álbum, aunque piensa que grabar y tocar bajo su nombre es “un poco embarazoso”. De igual forma, le da crédito a sus coescritores (entre los que se encuentra Greg Kurstin, el colaborador de Adele) y es susceptible a decir cosas como: “Podría cantar canciones para niños y seguiría sonando como Oasis”. Él solía ir a un bar mientras Noel le agregaba solos de guitarra a los últimos álbumes de la banda, y por eso apreció la rapidez de Kurstin, que le recordó el pausado proceso de los primeros dos LPs de la banda. Y a Gallagher no le importa admitir lo que otros artistas no admitirían: “Preferiría hablar sobre un álbum de Oasis que del mío como solista”, dice. “Y sé que Noel Gallagher piensa lo mismo, porque somos mejores juntos. Soy consciente de eso y él también lo está”. (Noel, quien tiene un álbum junto a su banda High Flying Birds, recientemente le dijo a ROLLING STONE que él no está preparado para responder a las opiniones de su hermano: “Literalmente, no tengo ninguna opinión”, dice).
Liam está feliz de volver a trabajar. Pasó parte del tiempo después de la separación de Oasis con Beady Eye, una banda conformada por los antiguos integrantes de la banda excepto por Noel, pero se diluyó alrededor de 2013, casi al mismo tiempo en que su matrimonio se acabó, cuando se reveló que era padre de un hijo de una mujer en Nueva York. Estaba desorientado, desempleado y sin ninguna de las cosas que habían definido su vida. Vivía a la deriva y tomaba mucho alcohol. “No había grandes conciertos y me sentía como una sombra. Estaba perdido y pensaba: ‘Mierda, ¿cómo saldré de esta?’”.
Eventualmente, se mudó a un “castillo agradable” en España, volvió a correr y conoció a Debbie Gwyther, su novia actual, quien es una constante y apaciguadora presencia en su vida. Sin embargo, en total fueron “cuatro malditos años en el infierno, al lado de abogados para el divorcio y toda esa mierda. He tenido cuatro años para pensar bien todo lo que quería en mi vida. No estoy buscando el éxito, ya he tenido suficiente de eso. Lo he tenido todo. Solo quiero volver a hacer música y cantar canciones”.
Él sigue siendo un partisano por y para defender su idea del rock & roll, que involucra opiniones sobre la clase obrera, guitarras ruidosas y un mal comportamiento a estilo Keith Moon. “Para mí el rock & roll es muy jodidamente serio”, dice, conservando una ira particular por la banda a la que su hermano sirve de telonero: “U2 es la peor banda de rock & roll del mundo. ¿Cuándo fue la última vez que hicieron una locura? ¡No son una banda de rock & roll!”. A él le gusta el hip hop (o “hip op”, como él lo llama), pero solo lo viejo; es reacio a los raperos “que usan pantalones entubados, como Kanye West y ese maldito rapero que es diseñador, no lo soporto”. ¿Y el EDM? “¿Eso es música dance? ¿Calvin Harris? A la mierda eso. Esa es música del demonio”. Siempre ha amado las canciones pegadizas de pop, y descubrió su voz cuando era adolescente y cantó coros como Like a Virgin de Madonna que sonaban en la radio (“Adoro esos coros”).
El rock británico post Oasis tenía muchas bandas de “clase media”, argumenta. Los Gallagher crecieron en Mánchester, sin un padre, y la conciencia de Liam se extiende hasta el terrible incendio en Londres que mató alrededor de 80 personas, la mayoría pobres. “Un edificio de apartamentos había sido incendiado días antes, un montón de imbéciles tratando de ahorrar dinero”, dice, culpando a la “gente rica” por poner materiales inflamables en el edificio. “No mires atrás con enojo… deberías estar putamente enojado. Está bien estar enojado”.
Se ha calmado un poco desde sus días más salvajes, que comenzaron antes de que Oasis lo hiciera. “Yo metía LSD puro, hongos alucinógenos, cocaína, todo tipo de cosas antes de que estuviera frente a un micrófono”, dice. “No soy una maldita casualidad. No soy Pete Doherty… soy un poco disciplinado. Nunca he consumido heroína y no me ha gustado mucho la cocaína. No éramos como Stevie Nicks”.
Estos días, dice: “Pasaré un buen rato, pero sin ser un estúpido hasta las seis de la mañana. Una resaca en estos días es como si te atraparan por los malditos talibanes. Me toma tres días enteros recuperarme. Por eso escojo los días”.
Tiene sentimientos encontrados sobre Noel y se siente genuinamente traicionado por, como lo ve él, la transformación de su hermano. “Él es un maldito idiota”, dice. “Es un imbécil, se ha unido a la clase dirigente. Es uno de ellos. Él es como Mr. Prim y Proper. La manera en la que toca canciones de Oasis es como si alguien les quitara toda su puta esencia, porque él no quiere ver a la gente saltar de arriba a abajo como en los viejos tiempos”. Por su parte, Liam toca canciones del catálogo de Oasis en sus conciertos como solista en la manera en que fueron grabadas. Y sin importar lo separados que estén, él se emociona con cada palabra que su hermano escribió.
En un nivel más profundo, culpa a Noel por, desde su punto de vista, abandonarlo a él y a Oasis. “Él quería terminar con la banda. Y él sabe que yo lo descubrí y ahora quiere que yo me desaparezca. Como si nunca hubiera pisado este planeta. Pero tengo noticias para él: ¡Estoy de vuelta! ¿Crees que vas a terminar con mi banda y me retiraré en silencio? ¡Nunca! Le haré saber a la gente hasta el día que me muera que él me empujó al abismo”.
En este punto, su cara se enrojeció y está caminando por el cuarto otra vez. “Ellos intentaron tratarme como un maldito baterista o un grupo contratado”, dice. “¡Soy la puta cara de la banda! Soy la voz del grupo desde hace mucho tiempo”. Él sonríe y suspira. “No más preguntas sobre Noel. ¡Me dará un paro cardíaco!”.
Incluso durante los momentos más difíciles, Liam nunca sufrió una depresión nociva. Él está desconcertado y sorprendido por los suicidios de Chris Cornell y Chester Bennington, igual a como pasó con Kurt Cobain. “Hay vejestorios matando a los semejantes de John Lennon”, dice. “Tu vida es preciosa. La vida es como un avión: siempre habrá turbulencia en el camino. Debes creer que alcanzarás tu maldito destino final y será increíble”.
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