Gene Simmons y Paul Stanley, una mancuerna que conforma la mitad de Kiss
está bien armada para seguir con mucho rock y fuertes explosiones.
Kiss. Cuatro letras. Montones de maquillaje y aún más
pirotecnia. También enormes egos, 3 mil licencias y un éxito comercial
gigantesco alrededor del mundo. Incluso, a 40 años de su existencia y su
vigésimo álbum, Monster. Antes de tocar en Auburn, Washington,
frente a 30 mil fans de hueso colorado, Gene Simmons nos
comparte todo acerca de Kiss; el disco, la gira, su pasado, el
futuro, las groupies, el imperio que los rodea, sus visiones artísticas, su
vida privada, riquezas y celebraciones.
Gene, ¿Cómo te sientes con Monster? ¿Tienes ganas de volver al estilo
de Kiss de los años setenta? ¿Has pensado en adoptar algo retro?
No, Monster es un disco del siglo XXI. Esto es Kiss en el siglo XXI,
pero más conectado a su corazón y alma. En los primeros tres discos, éramos
cuatro tipos que no buscaban ni se enteraban de lo que las otras bandas hacían,
que jamás pedían permiso para nada. Escribíamos nuestras letras y las
grabábamos en el estudio. Y Monster es así: Cuatro tipos con Eric y
Tommy, que revivieron a la banda. Y ambos han estado con nosotros durante 10 ó
20 años. Ah… Eric –casi eructa– Eric ha estado con nosotros durante casi 20
años. Y Tommy como unos 12 ó 13. Y eso es muy importante cuando tienes todo el
dinero que puedas imaginarte y tocas en todas partes, frente a millones de
personas. Y tienes todo lo que siempre quisiste. Es bueno ver cuando alguien se
une al equipo sin podérsela creer, porque es a través de sus ojos que aprecias
la enorme bendición que tienes. Y lo importante que es porque, aparte del dinero,
hay magia alrededor –esa electricidad entre los fans y la banda. Así que podría
comprar joyerías enteras y todo el oro en China si quisiera. Pero nunca uso
joyería ni nada de eso. Sólo tratas de ser consciente de estas cosas. Tienes
qué comer, tienes lo que quieres, viajamos en un jet G4, todo lo que queremos
está ahí, tenemos nuestro propio chef, y todo eso. Pero cuando te subes al
escenario, lo ves desde la perspectiva de un hombre trabajador. Llegar a
tiempo, ganar las cosas con el sudor de tu frente y hacer el trabajo. Y eso es
bueno. No recuerdo cuál era la pregunta que me hiciste al principio, pero
quería darte esta respuesta:
Cuando entramos al escenario diciendo “querías a los mejores… aquí están los
mejores. La mejor banda en el mundo”, esas palabras significan algo. Es como un
juramento. Significa algo porque cuando yo era fan me sentí desilusionado
tantas veces por bandas que ansiaba ver en concierto. Y en vivo eran una
porquería. Me sentí muy desilusionado por varias bandas que escuché. Y me
prometí no hacer eso. Kiss es una leyenda. Tras de nosotros hay una enorme
sombra. Hicimos historia. Y somos más que una banda, somos una marca.
¿Mientras tanto, la música seguirá siendo el plato principal?
La música tiene que ser real. Es como cuando vas a un restaurante muy elegante
y usan demasiada mantequilla: Sabe bien, pero después empiezas a sentirte muy
mal. Comienzas a cagar líquido. Y la mejor comida es en realidad la que hace tu
mamá, la comida casera. Puedes ir a los más elegantes restaurantes franceses si
quieres. Es demasiada crema, muy denso. Y entonces te das cuenta: “Sólo puedo
hacer eso muy de vez en cuando”. Lo real es como carne y papas, la sustancia
principal –siempre lo ha sido y siempre lo será. Nada se compara a un buen plato
de sopa casera.
¿Quieres decir que Kiss es como la comida casera?
No permitimos que haya invitados en el estudio. No han habido coros de niños,
orquestas sinfónicas, chicas cantando en el fondo, no hay ni siquiera teclados
o pianos. No creo que hayamos tocado guitarras acústicas tampoco. Algunas veces
podemos tener esos sonidos en el fondo, pero apenas se escuchan. Sólo dos
guitarras, bajo y batería –si eso era suficiente para The Beatles, también para
nosotros. Si funcionaba a Zeppelin, igual a Kiss.
¿En qué modo este álbum es un tributo a las bandas que los inspiraron
para formar Kiss?
Esa es una buena pregunta. No fue algo planeado. Digo, es un disco de Kiss. Así
que todo conectó. Pero se notan dejos de la música a la que siempre aspiramos,
en su mayoría de bandas inglesas. Escribí un tema que se llama “Eat Your Heart
Out”, se escribió casi solo. Tommy, Eric y yo hicimos el demo y después lo
rehicimos con la banda. Con variaciones muy ligeras. Y comenzamos a cantar los
coros en vivo en el estudio –Paul, Tommy, Eric y yo. Y todos cantamos en la
banda, así que todos tenemos un rol distinto en las armonías. Una de las
armonías era una octava, y antes de cantar, necesitas probar en vivo para poder
decidir quién debe acercarse al micrófono y quién debe estar más lejos. Y
cuando lo escuchamos, la cinta corría –porque usamos cinta. La cinta corría y
decíamos: “¿Por qué no cantamos a capela al principio?”. Y sucedió. Así que
escuchas (canta): “Eat Your Heart Out…”, y cuando lo volvimos a escuchar,
pensamos: “Uy, esto suena a Humble Pie. Como “30 Days in The Hole…” (canta).
Sabes, esa onda con la que cantan. Y lo notamos como algo inconsciente. Porque
todo eso todavía funciona, esas ondas, ritmos ingleses de los setenta, la onda
de finales de los años sesenta y principios de los setenta todavía funcionan.
Digo, si Zeppelin se reuniera ahora, sería la banda más grande de todos los
tiempos.
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