En cada una de las cinco décadas, la inmortalidad llama a las puertas de una banda que jamás se cansa de generar mitos y leyendas. Terminamos con este capítulo nuestro recorrido. Hoy: 'Discografía Emocional'.
Por Jaime Casas
Revista Rolling Stone
Las discos y su tiempo. El convulso marco creativo de las obras que definen la vida de un proyecto sin final. Los resortes emocionales y biográficos de las etapas de creación del grupo.
Hoy terminamos este recorrido al stoniano way of life con su Discografía Emocional, tras contarte las anécdotas en el Episodio I y su biografía sentimental en el Episodio II.
Muddy Waters, Bo Diddley y Chuck Berry. El blues, sí, y la sofisticación pop del Swinging London. En 1963 grabaron un primer disco de clara filiación americana y temprana actitud punk. Dan forma a su sonido y actitud a partir del 66 con la aparición de Aftermath y culminan la década con Beggars Banquet(1968) y Let it Bleed (1969). The Beatles se llevan la gloria, mientras los Rolling Stones a las chicas y alumbran el futuro del hard-rock.
Inspirados por la química y la fama planetaria, es su mejor momento creativo. Sticky Fingers (1971) y Exile on Main St. (1972), densos y rebosantes de ideas, culminan un proceso creativo y vital. La adicción a las drogas y a las mujeres endurecen el discurso: Son más violentos y oscuros. Con Some Girls (1978) recuperan el pulso energético.
Inauguraron la década siendo un producto, una marca registrada. La resaca provocó un páramo creativo que se tradujo en discos sin la fuerza ni el sentido de la década pasada. En Dirty Work (1986) recuperan la inspiración, incluso el sentido vitalista de los 60; y poco después, certifican con el irregular Steel Wheels(1989) que funcionan mejor juntos que por separado. No querían pasar por ser las últimas viejas glorias y se reinventaron como los ‘últimos mohicanos’ del negocio del rock.
Las ventas de sus discos cayeron. Wyman deja el grupo y lo reemplaza Darryl Jones, quien había tocado con Miles Davis. Publican Voodoo Lounge (1994) y se ciñen al canon del rock clasicista que ellos habían acuñado 30 años antes. Aparece en 1996 el Rock and Roll Circus, que documenta su encuentro en 1968 con The Who, John Lennon y Taj Mahal. Finiquitan los 90 con el directo No Security (1998).
Desparrame viejuno. Giras y publicidad a costa del pasado. Apenas publican un álbum de estudio, A Bigger Bang (2005). El documental Shine a Light ofrece una versión grandilocuente de la quinta década en activo del grupo. No tienen nada que demostrar, pero por si fuera necesario lustran sus figuras bajo el foco del celuloide y se ganan otros diez años más de credibilidad. Por cierto, sus directos siguen siendo arrebatadores.
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