martes, 14 de mayo de 2013

Crítica: Primal Scream, 'More Light'


Lanzamiento: 13-May-2013
Género: Rock
País: Escocia
Discografía: First International/Pias

LOS ESCOCESES REFORMULAN SU APUESTA Y LES SALE GANADORA Y QUIZÁ DEFINITIVA. 
Por Xavi Sancho
Revista Rolling Stone

Decía Adam Ant que el ridículo es algo que jamás debes temer. Bobby Gillespie lleva toda su carrera al frente de Primal Scream tratando ser la persona más cool del planeta, obviando lo ridículo de tal premisa, hasta el punto de que uno sospecha que dejó Jesus and Mary Chain porque era incapaz de competir con los Reid en este terreno. El tema es que lo ha intentado con tanto ahínco que, a veces, incluso lo ha conseguido (época Screamadelica y, sobre todo, época XTRMNTR, acaso uno de los cinco mejores discos de la pasada década), aunque son muchas más las veces en que ha fracasado de manera casi bíblica (sus intentos por reencarnarse en Mick Jagger han resultado en un par de buenas canciones y decenas de momentos sonrojantes).

No diremos que con la edad se ha apaciguado, pero sí que en este gran disco parece empezar por fin a comprender quién es, qué es lo que sabe hacer, de quién se debe rodear para no mirarse tanto en el espejo y, sobre todo, que ya no vale la pena seguir intentando. Así, More Light resulta un compendio de todo lo que Primal Scream hacen bien, que resulta ser más de lo que recordábamos. Psicodelia digestiva (River of Pain), punk digital (Hit Void), hip hop blanco de clase media para socialistas cocainómanos (Culturecide), indie disco (It’s Alright, It’s Ok) e incluso rock (en Invisible City por fin descubren que les sale mejor emular a los Rolling Stones de Some Girls que a los de Exile…). Incluso abren nuevas y exitosas vías en la enorme 2013, con ese saxo colocado en un contexto que antes ni se les hubiese ocurrido.

La ventaja con la que juega Gillespie es que ya está claro que, hasta que se separen, su banda será el mejor grupo de festival del planeta y, sobre todo, que de tanto haberse reinventado, ya no necesita inventar nada nuevo. Ya no es ese novillo que quería trotar hasta el prado para follarse una vaca, sino que es ese toro viejo que sabe que, si baja el paso, llegará descansado y se las podrá follar a todas. A partir de ahora, Primal Scream pueden grabar todos sus discos como este.

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