Fuente: Rolling Stone
La líder de los Pretenders habla de su primer disco en solitario justo antes de venir al Kursaal, el 22 de octubre. Y, ojo, quiere ser Graham Greene.
Chrissie Hynde ha usado el nombre de Pretenders desde 1978, pese a ser el único miembro constante en el grupo. Pero después de grabar su nuevo álbum en Suecia casi íntegramente con Björn Yttling, del trío de indie-rock Peter Björn and John, dejó de aparentar que tenía un grupo, lo que convierte a Stockholm en su primer álbum en solitario. “Nunca había usado mi nombre porque me gusta permanecer en la sombra”, dice Hynde, de 62 años. “Pero llegado a este punto, es absurdo pensar que nadie sabe quien soy. Debía coger el toro por los cuernos”.
Pese a nacer en Ohio (Akron), has vivido en Inglaterra la mayor parte de tu vida adulta. ¿Qué te gusta del país?
Estoy enamorada de Inglaterra. Me gusta el clima, me gusta el humor, me gusta su transporte público. Me gusta la vida en la calle, puedo ir andando a la tienda del barrio desde mi casa. ¿Has leído las memorias de Morrissey? En ella dice que “se puede hacer reír a la gente incluso en el funeral de unos trillizos”. La última vez que le vi, me dijo: “Eres la persona más divertida que conozco, pero no tienes sentido del humor”.
También dice eso en el libro.
Ahí lo tienes. Es una de las personas más divertidas que conozco. Mucho de eso se pierde cuando ves sus palabras en negro sobre blanco. A Bob Dylan no se le considera un cómico, pero si lo buscas en sus letras, es la bomba. Al parecer, yo también soy divertida.
Tenías 28 años cuando salió tu primer disco, una edad bastante avanzada para un debut. Impresiona que no te rindieras y buscaras un trabajo.
La gente que está en grupos no piensa en dejarlos. Si piensas así, no vas a hacer nada. Yo pensaba que ya era bastante mayor, pero me di cuenta de que debía vivir para tener algo que decir.
Una de tus canciones nuevas, Adding the blue, menciona al dibujante de cómics S. Clay Wilson. ¿Fueron los cómics una influencia para ti?
Sí, claro. Si eras hippie a finales de los 60, leías [la revista] Zap Comix. Los cómics tienen mucha relación con el rock. S. Clay Wilson hablaba de los puntos vulnerables de la sociedad: demonios mancillando a brujas, la cultura de la droga. Es el tipo de material que ves pintado en los depósitos de gasolina de los moteros.
Te identificas como hippie, pero también como punk. ¿Se solapan ambas culturas?
No, o eso te dirían los punks. No les gustaban los hippies, porque sus padres lo habían sido. Yo estuve en EE UU durante la era hippie y en Inglaterra durante la era punk. Ambos eran anti-sistemas, eso tenían en común. Pero los hippies fumaban maría, que te hace complaciente, y en el punk lo importante era la acción.
Eres vegetariana desde los 17. ¿Fue el resultado de una epifanía o algo gradual?
En cuanto escuché la palabra supe que era algo me iba a gustar. Desde entonces sé que vivo al margen del resto de la sociedad, y me parece bien. No quiero ser como ellos. Creo que matar por placer está mal. Es tan simple como eso.
Si te hiciéramos una prueba de drogas, ¿qué encontraríamos?
Algo de cafeína. No tomo fármacos y dejé de fumar hace un año. Hace años que no fumo hierba. Es la única droga que le sugeriría a alguien que tomara, a no ser que fuera un enemigo.
¿Te parecería interesante escribir tus memorias?
No soy una persona pública. Echo un poco de menos los viejos tiempos, en los que un artista te ofrecía su trabajo y ya estaba. Habré leído unas 10 novelas de Graham Greene y no tengo ni idea de cuál era su aspecto. No necesito saber si estaba casado o dónde vivió.
Tu nueva canción Dark sunglasses trata sobre un gigoló masculino que parece ser una persona real. ¿Cuando escribes una canción sobre alguien, lo sabe ese alguien?
Todos creen que las canciones tratan sobre ellos, ¿sabes?
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