Fuente: Rolling Stone
Motivado y en excelente forma, el músico británico cautiva a sus seguidores en Madrid con un concierto de alta graduación emocional.
El telón sobre el que se habían proyectado imágenes de Nico o New York Dolls cae a la hora convenida. Acto seguido, Morrissey anuncia la buena nueva a su talluda audiencia madrileña: The Queen Is Dead. En las pantallas, la reina Isabel desafía al enfervorizado respetable blandiendo el dedo corazón. El ring del Palacio de los Deportes –versión reducida del mismo, con capacidad para 5,000 personas– suena que te mueres. Esto promete.
En forma, pleno de motivación y eficazmente respaldado por una banda versátil en la que el todo siempre se impone a las partes, Moz nos recordó que la obra prevalece sobre la controversia, que las canciones perduran mientras las circunstancias languidecen, que su voz puede conjurar –aunque solo sea durante 100 minutos– la sombría amenaza de un parte médico desfavorable. Todavía impresiona escucharla: Poderosa, nítida, enroscada en ese fraseo único que proyecta textos y melodías hasta el infinito y más allá.
El británico prefirió el plato exótico a la comida rápida, confeccionando un repertorio nada previsible, con escasas concesiones al hit. Tampoco hay por qué afearle la decisión. Everyday is Like Sunday pareció colmar las expectativas de coreo de la genuflexa parroquia. Y solo por vivir la implacable experiencia de Meat is Murder ya hubiera merecido la pena asistir. La intensa interpretación de Trouble Loves Me –fuera de categoría– le disculpa de otras ausencias.
El sentido del humor con que salpimentó el show también añadió valor a este. La mordaz invectiva contra los dueños del sello Harvest, a los que definió como “personas extremadamente inteligentes”, y el atrezo audiovisual que acompañó la descarga de Kick the Bride Down the Aisle –una imagen de los Duques de Cambridge acompañada del lema “United King-Dumb”– aliviaron la tremenda carga emocional de un concierto rematado en la cima por dos canciones de The Smiths: How Soon Is Now?, justo antes de echar el cierre, y una Asleep que guardaremos en el sitio reservado a las cosas verdaderamente importantes, aquellas que nos hacen sentir la vida en plenitud, con lo bueno y con lo malo.
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