domingo, 20 de julio de 2014

Eric Clapton: “Este podría ser el último Crossroads. No quiero trabajar tan duro nunca más”


Fuente: Rolling Stone
El veterano guitarrista nos habla acerca de su más reciente, y quizás último, álbum

Eric Clapton estaba pescando en Inglaterra el pasado verano cuando recibió un mensaje: El cantautor y guitarrista JJ Cale había muerto. “Me senté junto al río”, recuerda Clapton. “Me escuchaba a mí mismo de vez en cuando soltar un ligero gemido, como de dolor. Era muy profundo”. Después, en un avión hacia América para el funeral de Cale, “decidí que grabaría este disco”.

The Breeze: An Apreciation of JJ Cale es el homenaje de Clapton a un amigo cuyo sencillo minimalismo y desapercibida magia para las canciones eran, según Clapton,“una suma de la música americana para mí – country, jazz, blues, todo”. Clapton y Cale hicieron un álbum colaborativo, The Road to Escondido, en 2006, y el de Oklahoma fue una rica fuente de hits en la carrera de Clapton. De hecho, dos de sus mayores éxitos, After Midnight, de 1970, y Cocaine, de 1977, son canciones compuestas por Cale. Como respuesta, Clapton versiona gemas más misteriosas en The Breeze, como Magnolia, del clásico álbum de Cale Naturally, de 1977. O la furtiva Rock and Roll Records, de 1974, en la que colaboran colegas como Mark Knopfler, Tom Petty y John Mayer.

En una excepcional entrevista en la que abarcamos varias áreas, Clapton admite que tiene problemas para escribir canciones ahora, a los 69 años; declara que habla totalmente en serio acerca de retirarse; y confesa que no escucha mucha música actual. Por otro lado, en los últimos álbumes y giras, Clapton ha enfatizado la inspiración y consuelo que obtiene del pasado, de canciones de Cale y el blues y jazz clásicos. “Soy un mensajero”, dice Clapton. “Esa ha sido mi vocación durante la mayor parte de mi vida, mostrarle a la gente “mira, esto me ha conmovido. Quizás a ti también te guste”.

The Breeze es también un mensaje para Cale. “En este caso”, añade Clapton,“simplemente le estoy dando las gracias”.

La última vez que dedicaste un álbum completo a un cantautor fue en 2004, con Me and Mr. Johnson. ¿Qué conecta a Cale y Robert Johnson?

El tremendo poder de sus directos y la sutileza en lo que hacían. JJ nunca intentó hacer nada más que perfeccionar su obra. Había algo en sus grabaciones, el volumen de su voz en la mezcla. Sentía que tenía que acercarme más al altavoz.

Muchos americanos solo conocen a Cale por las versiones que tú has hecho de sus canciones.

Cuando empecé a hablar acerca de este álbum con Dave Kaplan, que dirige [el sello de Clapton] Surfdog, solo había oído las canciones de JJ que yo había versionado. En Europa, escuchábamos a JJ como un músico de Americana, metiendo todo género en el mismo saco. JJ era muy autocrítico, despectivo con sus dones. Era feliz con solo ser considerado un cantautor. Pero cuando yo intentaba tocar como él, – está por encima de la mayoría de los músicos. Somos demasiado patosos. Él tenía un toque que era sensible y sutil.

¿Por qué sigues volviendo a inspiraciones de tus inicios, como Caley Johnson, los músicos de blues Freddy King y Charles Brown, tanto sobre el escenario como en tus discos?

Me trasladan a mi más temprano reconocimiento de la música, cuando me pasaba por los clubs, intentando pasar desapercibido, escuchando blues y folk. Esas canciones eran como standards para mí. Tenían sustancia y peso, sabiduría e historia.

Si quieres ponerlo en un contexto social, Inglaterra estuvo a punto de ser derrotada en la Segunda Guerra Mundial. Pero nos levantamos y peleamos. El cantante de blues representa esa especie de resistencia y desafío. Robert Johnson era un tío contra el resto del mundo, y los niños de mi generación nos dimos cuenta de esa sensación – de que no podíamos ser vencidos.

¿Qué te ha ocurrido con la composición? Tus últimos álbumes han sido, sobre todo, de versiones.

Estoy perezoso. Cuando llego al momento complicado y me pregunto, ‘¿Qué voy a hacer con esta parte?’, paro y enciendo la televisión. Me distraigo con facilidad. Lo que hago muy a menudo es escribir canciones y luego olvidarlas. Las anoto como una nota de voz, en mi móvil, y entonces pierdo la nota.

¿Ya no te quedan cosas que decir?
Eso podría ocurrir. La música – es algo difícil. Es por lo que amo las letras de JJ. Hay detalles muy complicados. De eso es de lo que trata la música: “¿Qué puedo hacer con estos acordes que sea interesante y único?”

¿Todavía escuchas algo de rock?
Ocasionalmente. [Pausa] No sé lo que es el rock ahora. No estoy seguro de quién toca rock. Blake Mills [que ha tocado con Conor Oberst y los Avett Brothers] es el último guitarrista que escuché y que me pareció fenomenal. En Crossroads el año pasado, estaba tocando con [el guitarrista de jazz] Kurt Rosenwinkel, intentando seguirle el ritmo y pregutándome qué podría robarle.

Si no estás escuchando música nueva, ¿cómo te sientes sobre el futuro de la guitarra?
La guitarra está a salvo. Gary Clark JR. brilla. Lleva años tocando y todavía no ha hecho más que empezar. Y siempre estará a salvo con gente como Jimmie Vaughan y Derek Trucks. Se trata del alma y el carácter. De la humildad y la voluntad de aprender, de estar al servicio de la música. Siempre habrá alguien, no importa cuánta porquería se esté haciendo, que sea curioso y quiera saber “¿Puedo conseguir hacer algo como eso?”

¿Harás otro Crossroads? Después de cada uno, siempre juras que será el último.
No, creo que éste podría ser el último. No quiero trabajar tan duro nunca más. Hacer The Breeze fue una alegría. Estaba planeando escribir y grabar otro álbum para mí cuando JJ se murió. Así que eso es lo próximo que haría. El año que viene, podría hacer un par de conciertos y decir, “Colegas, esto es todo. He terminado”. Entonces veré qué hago con todo eso, si estoy satisfecho como para irme al estudio de vez en cuando y tocar en casa para mi familia.

Me dijiste lo mismo en 2001, que estabas listo para retirarte.
Sí, bueno… [risas]. La lucha para permanecer sano – ágil y enérgico, como para dar un concierto – es cada vez más difícil. Muchas tardes, si no estoy tocando, veo la televisión y me meto en la cama a las 22h.

¿Con qué frecuencia tocas en casa?
Muy a menudo. Puede que una vez al día, o cada dos días, durante un buen rato. Cojo una acústica e intento trabajar en algo.

¿Tocas las mismas canciones de blues que sueles versionar sobre el escenario?
No. Siempre toco cosas nuevas. No practico cosas que ya conozco, a menos que esté preparando algún directo. La mayoría del tiempo, es abstracto. Como coger un lápiz y un papel y dibujar lo que hay en frente de mí. Siempre improviso.

¿Ofrecerás algún concierto con las canciones e invitados de ‘The Breeze’?
No creo que podamos. Es logísticamente difícil hacerlo bien. Había canciones que sobraron del catálogo de JJ. Grabamos varias pistas, algunas de ellas no las publicamos. Tengo tiempo en agosto para meterme en el estudio y completarlas, y quizás empezar a grabar cosas que yo mismo he escrito.

¿Así que tienes temas nuevos, originales, que no has olvidado ni perdido?
Sí, [ríe]. Están en mi iPhone.

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