Robin Thicke, Mariah Carey y J-Lo mordieron el polvo en el 2014.
Fuente: 40 Principales
En un mundillo tan competitivo como el del pop, donde la novedad y la juventud son claves del éxito, es normal que la mayor parte de los artistas experimenten baches en momentos concretos de su carrera y sus lanzamientos no logren capturar la atención del público. En el 2014 hemos tenido un buen puñado de ejemplos de este fenómeno.
La caída más espectacular ha sido sin duda la de Robin Thicke, el héroe del verano de 2013, a quien la decisión de airear los trapos sucios de su separación en su nuevo disco, Paula, le ha costado carísima: ventas insignificantes y un ridículo espantoso de cara al público.
Por su parte Mariah Carey se ha quedado sin el retorno por la puerta grande que había soñado: su álbum Me. I am Mariah...the elusive chanteuse apenas despachó 100,000 copias.
A pesar del revuelo que causó su dueto con Iggy Azalea en Booty, lo cierto es que las ventas del último disco de Jennifer Lopez, A.K.A, han sido de lo más decepcionantes: tan solo 71,000. Otros artistas que han experimentado un notable bajón en ventas con respecto a sus anteriores álbumes han sido Lea Michele con Louder, Cher Lloyd con Sorry I'm late y 50 Cent con Animal ambition.
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